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Ese sol que tanto echamos en falta

Ese sol que añoramos

Hace frío, por las mañanas aun tiritamos, el sol juega al escondite, mi jardín está medio inundado (y yo sigo sin botas de agua). Febrero llega ya a su fin. Los escaparates se visten con las colecciones de primavera-verano 2015 y yo me pregunto quién es el loco – loca que puede comprar esas prendas cuando el termómetro no marca más de 4°C a las ocho de la mañana en Nantes.

Ese sol que añoramos Ese sol que echamos en falta

Recordemos pues esos rayos de sol que nos calientan el rostro, que nos llevan el buen tiempo y las largas noches de verano. Saboreemos esos instantes de magia cuando bajo el astro rey tenemos la impresión de olvidarnos de todo. El color amarillo y esa sensación de calor que monta en nosotros, de los pies a la cabeza. Guardemos esos rayos calentitos y envolvámonos en ellos. Recordemos nuestros días en la playa, nuestros paseos a orillas del mar. Sonriamos pensando en nuestros capazos y nuestros bañadores. Digamos “puñetas” a esos granitos de arena que han elegido nuestras preciosas sandalias como segunda casa. Y sigamos sonriendo, con una pajita en la boca bebiendo a sorbitos esa bebida refrescante. Porque más tarde, saborearemos un tajo de sandía.

Y repitámonos que sí, que la primavera acabará llegando.