Freelance

Quatre anys ja! I donar la benvinguda al cinquè… (freelance)

Han hagut de passar quatre anys per adonar-me que la meva petita empresa Artilingua ja no és una utopia. I el cinquè ha hagut de començar per confirmar que sí, que té vida pròpia. I li he donat ales, més ales encara. Per seguir volant, amunt, molt amunt, i per seguir oferint-me somriures, una vegada i una altra, i algunes preocupacions també, molts correus electrònics intercanviats, paraules escrites, deixades, per aquí i per allà.

I l’altra dia, gairebé inconscientment, em vaig trobar obrint un compte Instagram exclusivament dedicat a la meva activitat professional en freelance. No em demanis per què ho vaig fer. No sóc d’aquelles que té un quadern planificador, no, jo, ben sovint em deixo emportar per les meves intuïcions, i per això, de vegades, tot tarda una miqueta més.

I se’m fa encara estrany escriure «Artilingua i jo comencem juntes el nostre cinquè any». Tinc la impressió que va ser ahir que vaig fer el balanç del primer any. Una bogeria. Sí.

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Si no parlo més sovint de les meves traduccions o sobre les meves tasques d’escriptura o sobre les de community manager trilingüe és perquè de vegades tinc clàusules de confidencialitat. I respectar els clients és un dels punts essencials.

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Artilingua, art, lletres i idiomes, comunicació pura!

Això és el que em fa aixecar cada dia. El que més m’agrada observar són les meves paraules. Observar com s’uneixen, una lletra al costat de l’altra, línies i més línies. Girar la pàgina, el cursor que fa un salt i elles continuen avançant sobre el blanc, aquestes petites taques negres.

Així doncs, tot i que aquest blog és més personal, també hi vull deixar constància del que és, en part, la meva vida quotidiana, els meus somnis i els meus projectes. Qui sap, potser un dia obriré un blog directament associat a Artilingua, però per ara, Les mots de Marguerite segueix sent un vincle especial entre vosaltres i jo.

Freelance

Hablar con timidez de los bonitos proyectos profesionales

Traductora español Nantes -bonitos proyectos

Siempre me ha costado y aún me sigue costando. Hablar abiertamente de mis proyectos profesionales me cuesta un poco. No es que tenga dificultades para decir cosas positivas sobre mí pero sé que lo hago de manera rápida, con la boca medio cerrada, supongo que queriéndolo explicar pero también evitando entrar en los detalles y que la gente me haga muchas preguntas.

Imagino que varias razones explican esta manera de hacer-ser: una cierta prudencia como si hablando de estas bonitas cosas fuera a frenar otras (igual que cuando te enamoras por primera vez, te enteras de que eres correspondida y no quieres decirlo para no estropearlo); también, supongo, una cierta sensación de impostura porque a veces pienso que no puede ser real, que mi sueño profesional se haya convertido en realidad es imposible; y, como no, también me repito que siempre puedo hacer las cosas mejor, más bonitas, mejor calidad, etc. Pero con los años (y la edad) he aprendido que si siempre estamos pensando en «hacer más y mejor», no disfrutaremos de nuestro tiempo presente y no sabremos valorarlo.

He escrito dos párrafos de este artículo y ya sé que mi texto es algo inconexo porque soy consciente que no sé muy bien como abordar el tema. Y además estoy pensando que quizá hubiera sido mejor no hablar de eso. ¿Y sabéis por qué? Porque siempre intento mimar a mis clientes, soy reactiva, rápida, diplomática, con la sonrisa en la boca (sí, estáis acertando, soy de esas personas que guardan el mal humor para los más allegados. ¿Es mejor? No lo sé), siempre dispuesta al diálogo, escucho con suma atención los proyectos que me presentan, respeto los plazos… Por eso, no quisiera decir nunca una palabra equivocada, algo que pudiera acarrear un malentendido. Y es precisamente por eso que hablo en pocas ocasiones de mis clientes.

Traductora español Nantes -bonitos proyectos

Hace más o menos dos meses, decidí que ya iba siendo hora de actualizar las referencias de mi página web Artilingua. Evidentemente, encargué el trabajo a mi diseñadora preferida: May quien siempre me entiende a la perfección. Le mandé por correo electrónico algunos logos de mis últimos trabajos (es casi imposible tener una lista exhaustiva) y en un plis plas actualizó esta parte de la web. Y desde entonces, me pregunto: ¿por qué, por qué tan pocas veces dices que trabajas para unas marcas tan preciosas? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no te atreves?

Y es que muy a menudo, cuando veo pasar noticias sobre tal o tal profesional (bloggers, diseñadores, etc.) que ha trabajado para L’Occitane en Provence, me muerdo las uñas y me digo pero si tú también, sí, tú también, fuiste tú quien tradujo los textos para la revista de L’Occitane (España). ¿Por qué te cuesta tanto decir que en julio tuviste la oportunidad de ejercer de intérprete para la marca náutica, mundialmente conocida, Jeanneau del grupo Benneteau? ¿Por qué no dices más a menudo que las publicaciones de las redes sociales de marcas tan famosas como Amor Amor de Cacharel para América Latina y España son obra tuya? ¿O de la marca de gafas Blueberry? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Y cómo puede ser que nunca hayas dicho una palabra sobre el hecho que la traducción de toda la web y aplicación de Zero Malbaratat (contra el desperdicio alimentario y presente en supermercados catalanes) también haya pasado por tus manos? ¿O los programas informáticos de contabilidad creados y editados por la empresa Lucca y utilizados en empresas tan grandes como Deezer o Hitachi? ¿O que estás al mando de las redes sociales (Francia) de la marca australiana HButler o que acabas de traducir uno de esos preciosos libros que pronto estará en venta? ¿O que si Turismo Menorca habla en francés es, en parte, gracias a ti?

Traductora español Nantes : bonitos proyectos Traductora español Nantes : bonitos proyectos

Y otros tantos por qué… difícil responder. ¡Lo único que sé es que los oficios-pasión existen! Y que, además, a veces te permiten vivir maravillosas historias de amor como la que acabo de vivir con los protagonistas del videojuego que acabo de traducir para el estudio Beemov.

También sé que estos por qué no van a desaparecer así como así. Lo sé. Me conozco. Pero cada día sonrío, a veces en silencio. Sonrío a la felicidad de todos esos correos que recibo con propuestas agradables y tentadoras. Sonreír y atreverse: dos de mis keyword (o palabras clave).

Y ahora, ahora tendré que darle al botón publicar y conseguir dormir plácidamente esta noche y repetirme que sí, que mis clientes son estupendos y que tengo derecho a hablar de ellos.

Lifestyle

Cuando las palabras echan el vuelo

En ese remolino que es la vida, relajarse y abrazarlas. Allí en el fondo, las líneas se mezclan y los pensamientos se echan a volar. Correr para atraparlas y brincar para que vuelvan a entrar.

Agotada, estallar contra la pared, una vez y otra. Pero allá, más lejos aun, al final del hilo conductor de la vida, el corazón se va dibujando. Con una gran sonrisa. E intento agarrarlas, de nuevo, esas palabras que ya descansan.

Cuando las palabras echan el vuelo

Ellas pero no las demás. Las palabras de los demás y para los demás, esas siguen ahí gritando, jugando, bailando y cantando. Y me río, a lo lejos mirándolas de cerca. Acechándolas y vigilándolas.

Y valoro esa suerte, mi suerte, tu suerte, nuestra suerte. Y sonrío, cada vez. Un día, no hace mucho, soñaba en esas palabras que descansan, que viven, que echaron el vuelo, que se dibujaron. Palabras con vida propia. Palabras para la vida, la suya y la mía. Sí. Y las miro salir, sonreír, viajar, despegar.

Y hoy me pregunto si tengo derecho. Derecho de amarlas tanto, esas palabras. El orgullo también aparece para desaparecer justo enseguida. Rápidamente se va no sin antes darme un golpecito para que no me olvide de ocuparme de esas pequeñas o grandes, largas o cortas, poéticas o técnicas, cantantes o cerradas. Amarlas, mucho. Siempre. Las palabras.

Cuando las palabras echan el vuelo

Porque creo que es la primera vez en tres años que no tengo tiempo para las mías, de palabras. Paso los días contando palabras, componiendo, alineando palabras que hacen frases que hacen significados, tanto si vierto de una lengua a otra como si las derramo directamente sin esa fase de transposición. Las palabas, esas cosa impalpable y sin embargo tan cuantificable. Y calificable. Paso los días enteros rodeada de palabras. Lo que mi sueño fue, antaño. Precioso, me digo. Y más tarde, de nuevo, valorar la suerte y decirme que un día, sí, un día tendré más tiempo para mis palabras. Porque yo, en el fondo, como un secreto inconfesable, sé que ellas, también son mías, esas otras palabras que se fueron a vagabundear.

Cuando las palabras echan el vueloCuando las palabras echan el vuelo Cuando las palabras echan el vueloCuando las palabras echan el vuelo

Y ante todo, muchas gracias a vosotros por leer mis palabras también,
por quererlas, saborearlas, amarlas.

¡Gracias a vosotros, sobre todo a vosotros!