Traducción

Prácticas de traducción

Antes de empezar mis prácticas de traducción, no sabía realmente qué esperar ni qué campo iba a explorar. Fue un gran descubrimiento para mí, sobre todo porque, con las condiciones actuales, mis prácticas se harían esencialmente a distancia. Era mi primera vez.

Prácticas de traducción

LOS PRIMEROS DÍAS

Habíamos convenido que viniera el primer día y otro día hacia el final. Mi primer día fue muy gratificante y aprendí mucho. De hecho, me enteré de que había muchas herramientas de traducción, hablamos también de los diferentes clientes, los tipos de solicitudes, los diferentes medios y soportes… No pensé que el trabajo de traducción fuera tan completo y amplio. La empresa de Margarida Llabrés Rotger, ArtiLingua toca muchas áreas. Ha realizado traducciones de libros infantiles, webs, aplicaciones móviles, folletos turísticos, libros turísticos, trabaja para start-ups y para organismos públicos … También pude descubrir a todos los clientes para los que trabajaba, recurrentes o no, y ver los diferentes proyectos que ha realizado, pero también los que tiene en curso. Ella me dio las traducciones que había hecho y las traducciones de proyectos que tenía en curso, descubrí un nuevo software como PoEdit, pude hacer publicaciones en redes sociales, publicaciones en blogs y traducciones turísticas y de sitios web. Este trabajo fue muy interesante, porque realmente toqué muchas áreas y me permitió aprender más sobre el español.

MIS PENSAMIENTOS

Realmente me encantó lo que hice durante las prácticas, hice muchas cosas diferentes. Después de mis estudios, tenía previsto hacer un máster en Traducción e Interpretación, y estas prácticas confirman mi elección de máster. No esperaba hacer tantas cosas haciendo unas prácticas en este campo. Estas prácticas también me permitieron darme cuenta de la importancia de dominar el idioma, ya que no se me daba muy bien el español. Al hacer estas prácticas, pude aprender nuevo vocabulario, nuevas expresiones, una nueva forma de hablar español… También descubrí un nuevo lugar: Menorca, y su cultura. El hecho de haber empezado con unas prácticas con un traductor autónomo me permitió ver las dificultades reales del trabajo y poder aprehenderlas en la elección de mis futuros estudios. Creo que seguiré haciendo prácticas en traducción, pero probando otros idiomas, otros campos y otra forma de trabajar. Mis próximas prácticas, creo que las haré en una agencia, porque el ritmo de trabajo no es el mismo, ni los horarios, ni mucho menos el ambiente.

En definitiva, creo que hacer unas prácticas en el ámbito que nos gusta nos permite ver mejor el contexto del trabajo y hacer mejor nuestra elección para nuestros estudios. Es muy importante hacer unas prácticas antes de empezar una carrera, nos permite no tener una decepción y sobre todo estar seguros de si nos va a gustar.

Ema Baudry

(Estudiante del grado de LEA, en prácticas con Margarida Llabrés Rotger, empresa de traducción e interpretación)
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Cristina Medrano de Cuatro Hojas Editorial (entrevista)

Hoy entrevistamos a Cristina Medrano Moreno, editora al frente de Cuatro Hojas Editorial. Cristina, con una larga experiencia en el sector editorial y del libro decidió fundar su propia empresa en el año 2015. Desde entonces no ha parado de acompañar a muchos autores a lo largo de la creación del libro, desde la gestación hasta la publicación. Y es que trabajo hay mucho, un libro no se hace solo, un libro necesita a un autor y a muchos otros profesionales.

Como amante de las letras, de las lenguas, de los libros y del mundo editorial en general que soy, no quise dejar pasar la oportunidad de entrevistar a Cristina de Cuatro Hojas.

Cuatro Hojas Editorial

¿Cuál es exactamente el papel de un editor ?

Hay muchos tipos de editores: editor técnico, editor literario, editor general… Yo te puedo decir cuál es mi papel en Cuatro Hojas. Mi papel es ocuparme de todo lo que lo que necesite un libro desde el momento en que nos llega un documento en Word hasta que se agota la tirada. Estas tareas incluyen corrección, maquetación, traducción, ilustración, gestión de licencias, impresión, seguimiento de la venta… Algunas de estas tareas las hago de manera directa (soy correctora, y los libros simples también los maqueto yo) y en otras simplemente coordino el proceso.

¿Cuál crees que es el papel del libro en la sociedad actual? ¿Seguimos leyendo?

Leemos menos, pero es normal. Hace un siglo solo había libros. Ahora hay libros, cine, tele, internet, móviles… Y aun así, seguimos leyendo.
En cuanto al papel de los libros en la sociedad, sí es verdad que ha cambiado mucho. Se ha democratizado el acceso a la publicación, lo cual tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.

Antes tenías que esperar a que alguien te descubriera, y eso era muy difícil. Ahora cualquiera puede publicar, pero eso hace que la calidad media haya bajado mucho. Nosotros al menos, desde Cuatro Hojas, tratamos de mantener el listón alto.

En Cuatro Hojas Editorial, ¿qué servicios propones?

Además de todos los que he mencionado antes, en pack (de cara a una publicación) o por separado, también ofrecemos cursos de escritura, cursos infantiles, de maquetación, de marketing para escritores…

¿A qué tipo de autores te diriges?

En principio no somos una editorial especializada en un solo género, el sesgo no va por ahí. Lo que nos interesan son autores apasionados con su obra, que entiendan la importancia del proceso, de las buenas calidades, que les interese hacer llegar su obra a los potenciales lectores…

¿Y a qué tipo de lectores?

Tenemos libros casi para todos los gustos, y libros muy buenos. Algunos lectores son reticentes a comprar autopublicaciones porque, como decía antes, a veces la calidad deja mucho que desear: libro con faltas de ortografía, ortotipografía inexistente, “maquetaciones” en Word, malos acabados… Aquí eso no va a pasar.

Yo animaría a los lectores a asomarse a historias que no se van a encontrar en los grandes canales comerciales pero que merecen mucho la pena.
Cuatro Hojas Editorial

Hoy en día, algunos oficios muy conocidos del mundo editorial se rebelan contra su precariedad, tanto por temas económicos como por temas de condiciones del trabajo. Es el caso, sobre todo de correctores y traductores. ¿Qué opinas de todo ello?

Todo esto tiene que ver con el sistema de edición tradicional, que ya está dando sus últimos coletazos. Un libro es un objeto con un precio medio de entre 10 o 20 euros, según cómo sea. De ahí cobra el corrector, el maquetador, la imprenta, el editor, la librería, la distribuidora y el autor. Y todavía me estoy dejando gente seguro. Normal que haya precariedad. Cuando existían pocos títulos al año y sus ventas se contaban por decenas de miles de ejemplares, era otra cosa.

Ahora los autores se quejan muchísimo de la ridiculez que se gana al publicar un libro por el sistema tradicional (cuando se gana algo). Nuestro sistema está pensado para favorecerles a ellos, con beneficios para el autor de hasta más de un 60% sobre el PVP, eliminando intermediarios.

Hablemos ahora un rato de la lengua. Se suele decir que la gente ya no sabe escribir. O, al menos, no sabe escribir bien. Que las redes sociales han hecho mucho daño a la escritura. ¿Es eso cierto? ¿Lo ves tú en los manuscritos que recibes?

Yo creo que no. El índice de analfabetismo ha caído en picado. Todo el mundo sabe leer y escribir y la mayoría saben hilar un discurso más o menos coherente (otra cosa es que sean vagos, sobre todo en las redes…). Lo que pasa es que la lengua se ha convertido también en un índice de clasismo. Nos ponemos muy estupendos y tachamos a otros de incultos cuando cometen alguna falta de ortografía.

Libro en papel y libro en formato electrónico deben estar reñidos, ¿sí o no?

No tiene por qué. Para empezar en España yo creo que no han acabado de calar los libros electrónicos. Aquí todavía le cuesta a la gente eso de pagar por algo virtual que no se puede tocar… Pero más allá de eso, hay libros que nunca podrán (creo) sustituirse por ebooks: los ilustrados, los infantiles, los pop-up, las novelas gráficas… Incluso los libros que simplemente te gustan mucho y quieres tenerlos físicamente.

Dinos, Cristina, cuando empezaste tu aventura en Cuatro Hojas Editorial, ¿ya sabías dónde metías los pies? ¿Qué tal se gestiona una empresa del mundo cultural?

Cuatro Hojas nació en 2015, aunque esta historia empieza mucho antes… Yo venía de trabajar en otras editoriales de autoedición y tenía bastante claro cómo funciona este mundo. Además, yo también fui autora y sabía de primera mano lo que quiere y necesita un autor cuando va a publicar un libro, tanto si es la primera vez como si no: necesita saber que está en buenas manos, que vamos a leer su libro (esto parece una obviedad pero en las plataformas de autoedición no hay nadie que lea tu libro), que vamos a entenderlo, a corregirlo respetándolo, a sacarle el máximo partido en la maquetación, a diseñar una portada adecuada al contenido y que llame la atención… y a ofrecerle un precio que le permita rentabilizarlo.

A mí me encanta trabajar en el ámbito de la cultura y poder contribuir a dar voz a mis autores. La cultura se construye desde abajo, y en eso estamos…

Gracias, Cristina

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Palabras, lenguas y traducciones

Reflexiones de una traductora

A veces, algunas palabras se convierten en males cuando no podemos traducirlas.

A menudo, estas palabras convertidas en males dormitan en la punta de la lengua.

Siempre, estas palabras convertidas en males dormitando en la punta de la lengua, terminan encontrando una salida… ¡y no una traducción!

Traducir palabras puede ser fácil, pero traducir ideas concretas y conceptos precisos es más complicado. Incluso las lenguas más cercanas tienen nociones mentales distintas. Es la relación entre lenguaje y pensamiento.

A veces no tengo las palabras, a veces mi cerebro está entre tres sistemas de signos diferentes, el significado se enreda con los significantes y no hay nada que funcione.

A veces me gustaría inventar mi propio lenguaje.

A menudo, uso mi propio lenguaje a pesar de los demás.

Siempre, puedo hablar, leer, escribir.

Vivir en otra lengua hasta el punto de no saber cuál es «la otra»: ¿la primera? ¿la segunda? ¿la tercera?

Traducir como trabajo es un aprendizaje, no por conocer y hablar un idioma se puede traducir… traducir bien.

Traducir como vida no es una vida. Tenemos que vivir sin traducir, pensamos en la lengua, hablamos la lengua, no traducimos la lengua cuando hablamos. Y si nos equivocamos, ¡qué más da!

¡No traduzco mi vida porque la vivo!