Traducción

Ser traductor: fuera estereotipos

Un traductor no necesita utilizar un diccionario

Falso. Como se suele decir, los traductores no son enciclopedias. Un traductor debe efectuar búsquedas de aquellos términos que desconozca. Solo cuando entienda bien la palabra en cuestión, será capaz de encontrar los equivalentes en otros idiomas.

¡El texto es corto, seguro que se traduce rápidamente!

Falso. Al fin y al cabo, a todo profesional que se precie le gusta dar a su cliente el mejor trabajo posible. Todo depende del texto, de los términos específicos que pueden requerir una mayor investigación. A veces se dedica más tiempo a un texto corto que a un texto largo. Muchos traductores agradecen que sus clientes les den el tiempo necesario para traducir correctamente.

No, interpretar no es lo mismo.

Falso. Un traductor traduce un texto escrito, mientras que un intérprete traduce un discurso oral. Para comparar más concretamente, un intérprete tiene que recordar una gran parte de un discurso durante un momento y luego traducirlo oralmente, solo que un traductor tiene todo el tiempo del mundo para volver a la misma frase varias veces y luego traducirla. Un traductor es también un autor, el autor de estas traducciones y un intérprete debe tener la capacidad de imitar los tonos y las emociones mientras traduce el discurso escuchado en el idioma original.

¡Cualquiera puede traducir, siempre que hable dos idiomas!

Muchas personas, cuando hablan una lengua distinta a la materna, creen que pueden traducir correctamente. No es tan sencillo. Para traducir hay que tener capacidad para hacerlo, habilidades específicas, experiencia…

 

Soline Rambault

 

(ESTUDIANTE DE LEA, EN PRÁCTICAS CON MARGARIDA LLABRÉS ROTGER, EMPRESA INDIVIDUAL DE TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN)