Vivir en el extranjero

Cambiar de ciudad y encontrar nuevos amigos (varias situaciones posibles)

encontrar nuevos amigos

Viajar. Viajar. Soñar en viajar.

Viajar nos enseña muchas cosas. Para empezar, nos ayuda a conocernos mejor. Viajar no enseña a dar más valor y más importancia a ciertos aspectos de lo que había sido, hasta que decidimos marchar, nuestra vida diaria. El hecho de viajar también nos ayuda, en muchas ocasiones, a conocer mejor nuestra familia. Por otro lado, cuando viajamos descubrimos bonitos paisajes, ciudades increíbles, comidas diferentes, costumbres extranjeras.

Viajar. Viajar. Y mudarse.

Cuando uno decide marchar, vivir en otro lugar, mudarse… hay algo irrefutable: dejamos atrás un montón de costumbres y de gente que amamos para confrontarse, muy rápidamente, a otra gente y otras costumbres que con el tiempo se convertirán también en agradables, simpáticas y valiosas.

Pero todos sabemos que hay que dar tiempo al tiempo y que a veces, encontrar nuevos amigos no es fácil.

mudarse y hacer amigos nuevos

¿Amigos o conocidos ?

No es lo mismo un amigo que un conocido. Y no está mal recordar las principales diferencias. Encontrar nuevos “conocidos” es relativamente fácil: en el trabajo, en un albergue, en la playa, en la sala de espera de un médico… Los conocidos suelen ser aquella gente simpática, amable, que vemos de vez en cuando y con quienes pasamos un rato agradable. Con los conocidos se puede hablar de todo un poco sin realmente entrar en los detalles.

Los amigos es otro asunto. Los amigos son esas personas con quienes podemos confiar. Esa gente que tenemos muchas ganas de ver, con quien nos apetece compartir momentos inolvidables, tanto buenos como malos, a los amigos podemos llamarles tanto cuando las cosas no van bien como cuando tenemos una gran alegría. Los amigos dejan una mancha indeleble en nuestro corazón, en nuestra cabecita, en nuestra alma.

Voy a evocar varios casos en los que nos podemos encontrar cuando marchamos con nuestra maleta a cuestas, cuando llegamos a una nueva ciudad, cuando tenemos que hacer amigos nuevos.

Llegar solo a una nueva ciudad

Cuando llegamos solos a una nueva ciudad, no nos queda más remedio que movernos para encontrar amigos. Cuando estamos solos queremos encontrar, sí o sí, gente y solemos empezar a acumular actividades, nos matriculamos a cursos, hacemos deporte, aceptamos todas las fiestas de bienvenida o de adiós organizadas por el vecino de escalera de la nueva compañera de trabajo.

Lo que he podido ver: rápidamente encontramos conocidos pero pasado un cierto tiempo, nos damos cuenta de que no son realmente amigos (o no todos) y que hay que empezar a hacer una pequeña selección.

Llegar con la pareja a una nueva ciudad

Llegar a dos a una nueva ciudad aporta ese lote de confianza y de serenidad que tanto ayuda en los primeros tiempos. Pero más tarde, tendremos ganas de existir por nosotros mismos, de ver que somos capaces de hacernos amigos sin necesidad de nuestra pareja. Empezaremos pues a buscar actividades, a ir a la sala de fitness de turno para encontrar, a lo mejor, gente nueva. Se tiende siempre a alternar entre “mis” ganas y “sus” ganas.

Lo que he podido ver: nada porque nunca he vivido una situación semejante. Pero he oído, he escuchado y he tomado nota…

nuevos amigos en nueva ciudad nueva ciudad, nuevos amigos

Llegar solo a una ciudad para reunirse con la pareja

Mudarse a la ciudad donde ya vive la pareja es otra historia. No habrá terminado la primera semana que ya uno se da cuenta de que “sus” amigos se convertirán, casi por imposición, en “tus” amigos. Y eso porque las fiestecitas, comidas y actividades ya estaban programadas. Poco a poco, intentaremos encontrar válvulas de escape… buscaremos actividades para encontrar personas nuevas que puedan incluso convertirse en “tus” amigos”. Se siente una enorme necesidad de encontrar amigos sin recurrir a la pareja.

Lo que he podido ver: es una prueba de amor. A veces, habrá que callarse. Otras, habrá que poner los puntos sobre las íes. Al cabo de un tiempo, nos acostumbramos. Pero también al cabo de un tiempo, entran las ganas de invitar a gente que hemos cruzado por aquí y por allí. Son intentos de hacerse amigos. Amigos propios, no amigos de la pareja.

¿Y vosotros, cómo habéis vivido vuestra llegada a una nueva ciudad? ¿Habéis encontrado nuevos amigos fácilmente?