Hay esos momentos en que «todo» se convierte en «demasiado», en que el vaso se derrama y uno se dice que es imposible llegar a ese «todo». Hay momentos en que el tren va tan rápido que sientes que es imposible ver lo que se trama tras la ventana. Y sientes vértigo.
Y luego llega el momento del descanso, el momento para tomarse tiempo, un momento a veces obligado, un tiempo para decirse que sí, que tienes derecho a tomarte unas vacaciones, aunque sean vacaciones de freelance. Y te dices, da igual si no respondes a un email, ¡da igual! Y luego, como el tiempo hace bien las cosas, uno toma distancia y se re-acostumbra a los caprichos de la vida cotidiana.
![En tierra firme](https://www.lesmotsdemarguerite.com/wp-content/uploads/2017/10/IMG_31261.jpg)
Y llega el sol, que calienta nuestros corazones, las actividades de verano siguen su curso, los calores también, los granitos de arena, el agua salada y la música festiva. Y uno se siente bien.
Y me olvido del teclado, de esta vida de teclado. A pesar de «todo», me olvido de «todo», borro esta vida virtual que, tal vez, ni siquiera sea virtual, porque roza la frontera.
Y vivo, como, leo, trabajo, hago cosquillas, me cuestiono, beso, me canso, me levanto, pienso, trabajo, hablo, escribo, llamo, hago la compra, cocino, limpio, plancho. Vivo.
Y las palabras permanecen allí, ancladas en mi cabeza. Quizá estén esperando a ser liberadas, soltadas, no lo sé. ¿Soltadas para quién? ¿Por qué ? ¿Para qué? Observo a mi alrededor, y me quedo sin respuesta.
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Los días pasan y las semanas también. Y me digo a mí misma que, al final, estoy bien aquí, en tierra firme, cuidando de las necesidades más básicas, cuidando de mi vida cotidiana, de la suya también.
Las semanas pasan y las palabras no desaparecen. Valsan en soledad en un rincón del hemisferio. Les digo hola, en un tête-à-tête conmigo, y les hago promesas que no sé si podré cumplir. Pero sonrío. Mientras tanto, la tortilla de patatas ya está terminada, los rubiols están en el horno, cuelgo un nuevo cuadro, y allí, como telón de fondo, algo no muy bonito está pasando en mi país. En mi otro.
![En tierra firme](https://www.lesmotsdemarguerite.com/wp-content/uploads/2017/10/IMG_32911.jpg)
Una vuelta en tierra firme bienvenida, un cursor que recoloca las prioridades, un resorte que nos aferra a la vida, un diálogo con las palabras más íntimas antes que las otras, las más visibles, resurjan.
Fue el olvido de la vida de teclado. Un paréntesis encantado.