Bilingüismo

Yo y el mundo

Libro Yo y el mundo, librería Pájaros en la cabeza

Yo y el mundo, el mundo y yo.

Los que ya me conocéis bien y, para los más nuevos, si leísteis mi último artículo, sabréis que doy una gran importancia a la diversidad y a la tolerancia. Si les doy una gran importancia es porque para mí son dos aspectos íntimamente ligados al bilingüismo y a la diversidad lingüística.

Respetar las lenguas es una muestra de apertura.

Además, una lengua nos indica siempre muchos aspectos de un pueblo, de un país, de su gente y de sus personas. Muchas veces, si alguien reacciona o actúa de tal forma es porque habla tal lengua.

Lo que ocurre es que la vida va tan deprisa que no tenemos tiempo de pararnos para pensar en esos pequeños detalles lingüísticos que nos conforman y componen.

Yo y el mundo es el título de un libro

Yo y el mundo es el título de un libro que compré en una librería española online que desconocía por completo hasta hace muy poco. Fue gracias a las maravillas de Internet que descubrí Pájaros en la cabeza.

El libro lo compré para mi hija y también para mí. Es un libro familiar. Un libro que muestra la diversidad social, que habla con una preciosas infografías de la vida en el mundo, de las diferencias entre los países, de distintas costumbres.

Thelma y yo leemos este libro por las noches y es encantador. Además, ahora que ya empieza a leer, le gusta poder descifrar algunas palabras. Siempre ha sido una niña bastante curiosa y este libro se presta muy bien a las preguntas.

No, Yo y el mundo no es ninguna novela, no es ningún cuento infantil, es la radiografía del mundo, con porcentajes y tasas, con número y cifras pero contado desde la perspectiva de Lucía, una niña española de 8 años de clase media. Un libro con muchos colores, un libro grande con un tacto suave y agradable, un libro que permite reflexionar sobre la vida.

Libro Yo y el mundo, librería Pájaros en la cabeza
En definitiva, estamos ante un libro que muestra a la perfección esta diversidad cultural sumamente ligada a la diversidad lingüística y a la que tanta importancia damos en casa.
FICHA DEL LIBRO
TÍTULO: Yo y el mundo. Una historia infográfica
AUTORES: Mireia Trius (textos) y Joana Casals (ilustraciones)
CORRECCIÓN Y TRADUCCIÓN: Diana Novell
Publicado por Zahorí Books
Primera edición: marzo de 2019
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Pájaros en la cabeza

Pájaros en la cabeza es una librería online y blog de literatura infantil y juvenil regentada por Esther y su familia. Se trata de un espacio de intercambio, donde las prisas no cuentan, donde lo más importante es el placer de la lectura, donde los libros son mucho más que un objeto físico.

Paseándome por el catálogo de Pájaros en la cabeza me quedé maravillada con los títulos que proponen. Libros de una belleza estética importante y, sin conocer realmente a Esther, sentí enseguida que detrás de cada nueva aportación al catálogo hay mucha reflexión.

Creo no mentir si digo que lo que les interesa no es vender libros por vender, no les interesan los libros que todo el mundo ya conoce, no, lo que desean es acercar al público infantil y también juvenil, nuevas lecturas con profundos mensajes.
A mí me cautivó particularmente la alianza de lo estético con narrativas interesantes.

Nada mejor que un precioso libro, con colores, bonitas tipografías y una niña narradora de 8 años para dar a conocer las diferencias del mundo a nuestros peques bilingües !

 

Lifestyle

5 años tu y yo, 5 años de nosotros

Thelma2
HOY HACE CINCO AÑOS QUE EMPEZAMOS A ESCRIBIR LA HISTORIA DE UN LIBRO LLAMADO THELMA. UN LIBRO A SEIS MANOS Y EN TRES IDIOMAS. PÁGINAS QUE NOS DESCUBREN MISTERIOS DE LA VIDA, CON PALABRAS, PUNTOS Y COMAS, CON HOLAS ALLÁ Y BONJOURS AQUÍ!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS THELMITA!

Cinco años hace hoy que llegaste a nuestras vidas.

Cinco años de tu amor
De un amor a dos, lineal que se ha convertido en amor a tres, triangular.
Cinco años del mayor regalo llamado felicidad.
Cinco años de tus sonrisas, tus preguntas, tu curiosidad.
Cinco años de una niña afectuosa y mimosa.

Cinco años que mis viajes en avión se han transformado. Ya no miro por la ventanilla, ya no puedo ver el horizonte, ya no cierro los ojos, dejándome llevar por mis pensamientos. Ahora dibujamos, hablamos, tú y yo, nos contamos cositas, nos acariciamos. Cinco años de un aquí-y-allí que se ha multiplicado.

Cinco años de la misma luna compartida. Y un sol siempre adorado.
Cinco años de ti, estrella, carinyet, coquineta.

cinco años que soy mamá

Cinco años de aquel mes de mayo de 2013.

Nos habían dado cita para la tarde-noche del 13, a las 20 h. Llegamos a la clínica, cogidos de la mano y con una maleta. Quien nos viera, podía imaginarse que nos íbamos para pasar la noche en un hotel. Estábamos serenos, cansados ​​pero serenos. Ni pizca de dolor, ni rastro de una contracción. Me acuerdo de los vaqueros y la camisa que llevaba puesta. Del suéter de tu papá también. Te hiciste esperar. Mucho. Me traje algunas revistas que tu yaya, que había llegado cuatro días antes, me había traído de España. Habían llegado porque ya tenías que estar con nosotros. Pillina. Pero no. Querías esperar a que ellos llegaran. Estoy segura.

Llegaste con dulzura. Y con tu sonrisita. Te faltaba solo un empujoncito para que te decidieras a salir, a darnos esos buenos días matutinos, los primeros de una larga serie. Una llegada fácil. Un parto provocado sencillo y ultra rápido. Me estaba casi durmiendo. Y de repente, llegaste, y yo me incorporé y te ayudé a salir, tu cabeza entre mis manos, pegajosa, y te puse contra mi pecho.
04:50. Cinco años de la noche en blanco más adorable de mi vida.

Cinco años. Ya.
Mi hija, mi única.
Cinco años de aprendizajes y cuestionamientos. Tu y yo. Nosotros.
Cinco años que eres tú.
Cinco años desde que me convertí en madre.

Cinco años escribiendo juntas las páginas de un libro llamado Thelma.

Vivir en el extranjero

Abuelos a distancia (en el extranjero)

Abuelos en el extranjero

Por el nuevo estilo de vida que llevamos, las nuevas formas de hacer las cosas, vivir, respirar…

Mientras que mi coranzoncito ya estaba más o menos acostumbrado a vivir lejos de ellos, debo admitir que todo cambió un poco, en lo profundo de mi corazón, desde la llegada de miss Thelma. De todos es sabido que convertirse en madre revoluciona muchas cosas, grandes y pequeñas, convertirse en madre hace, inconscientemente, pensar en la vida, repensar la vida.

Es entonces con algo de distancia que observo la evolución de mi hija y la relación que tiene con sus abuelos maternos: sus abuelos en el extranjero
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Mamá no nació en Francia

Hasta hace poco, mi hija no entendía muy bien la noción de espacio, ¡como todos los niños pequeños! Pero desde hace un tiempo es consciente de que su madre no nació en Francia. Y cualquier ocasión es buena para recordárselo: mamá no conoce esta canción que cantas en el cole, mamá nunca fue al cole aquí, la escuela de tu madre es tu escuela de verano…

Ya sabe que su mamá nació en Menorca.
Ahora ya distingue los colores de las banderas, sabe que el bleu-blanc-rouge ¡es Francia, papá!  Y sabe que el amarillo y el rojo vienen del otro lado de los Pirineos.

A mí eso de las banderas me trae bastante sin cuidado pero es cierto que son símbolos que ayudan a que estos pequeños seres biculturales se construyan, con toda simplicidad, por ejemplo, mientras uno se pasea y levanta la vista hacia los edificios.

Yaya y l’avi están lejos

Y, de toda evidencia, si mamá no nació en Francia, las posibilidades son altas de que los abuelos maternos vivan lejos.

Y es así cómo se construye una relación atípica desde la cuna
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Altos y bajos

Porque así es la relación que tiene miss Thelma con yaya y l’avi: pasamos por travesías del desierto, largos meses en los que no puede tocar, besar a mis padres (¡aunque nos llamemos 2 veces al día!) y períodos muy intensos en los que se convierte en la niña querida, el centro de atención, su vida, ¡su todo!

Y porque cuando venimos aquí y nos instalamos en la casa familiar, miss Thelma se convierte en la principal actividad de mis padres. ¡Es entonces cuando puede aprovechar para pasar todo el tiempo del mundo con ellos! Y yo asisto al espectáculo con el corazón sonriendo, un espectáculo  que me hace olvidar las travesías del desierto.

Los altos hacen que nos olvidemos de los bajos

Una relación con sabores especiales

Y en mi yo más profundo me siento feliz (siempre debemos ver el lado positivo de las cosas) porque creo que es una suerte muy grande para ella poder vivir durante largos períodos en la misma casa que yaya y l’avi. Su relación es especial, estrecha, le encanta venir aquí aunque, cuando venimos solas y ahora que ya es más mayorcita diga que «pienso en papá» (claro, ¡y yo también!).

Es aquí donde mis padres pueden reproducir ciertos gestos que ya tuvieron conmigo, como es natural. Es aquí donde les encanta llevarla a los lugares de la memoria, de la memoria familiar.  Es aquí donde vamos a dar pan a los pececitos.

Aquí es donde llenamos nuestro depósito con su amor, un amor de abuelos a distancia pero que, al fin y al cabo, están tan cerca!