Lifestyle

5 años tu y yo, 5 años de nosotros

Thelma2
HOY HACE CINCO AÑOS QUE EMPEZAMOS A ESCRIBIR LA HISTORIA DE UN LIBRO LLAMADO THELMA. UN LIBRO A SEIS MANOS Y EN TRES IDIOMAS. PÁGINAS QUE NOS DESCUBREN MISTERIOS DE LA VIDA, CON PALABRAS, PUNTOS Y COMAS, CON HOLAS ALLÁ Y BONJOURS AQUÍ!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS THELMITA!

Cinco años hace hoy que llegaste a nuestras vidas.

Cinco años de tu amor
De un amor a dos, lineal que se ha convertido en amor a tres, triangular.
Cinco años del mayor regalo llamado felicidad.
Cinco años de tus sonrisas, tus preguntas, tu curiosidad.
Cinco años de una niña afectuosa y mimosa.

Cinco años que mis viajes en avión se han transformado. Ya no miro por la ventanilla, ya no puedo ver el horizonte, ya no cierro los ojos, dejándome llevar por mis pensamientos. Ahora dibujamos, hablamos, tú y yo, nos contamos cositas, nos acariciamos. Cinco años de un aquí-y-allí que se ha multiplicado.

Cinco años de la misma luna compartida. Y un sol siempre adorado.
Cinco años de ti, estrella, carinyet, coquineta.

cinco años que soy mamá

Cinco años de aquel mes de mayo de 2013.

Nos habían dado cita para la tarde-noche del 13, a las 20 h. Llegamos a la clínica, cogidos de la mano y con una maleta. Quien nos viera, podía imaginarse que nos íbamos para pasar la noche en un hotel. Estábamos serenos, cansados ​​pero serenos. Ni pizca de dolor, ni rastro de una contracción. Me acuerdo de los vaqueros y la camisa que llevaba puesta. Del suéter de tu papá también. Te hiciste esperar. Mucho. Me traje algunas revistas que tu yaya, que había llegado cuatro días antes, me había traído de España. Habían llegado porque ya tenías que estar con nosotros. Pillina. Pero no. Querías esperar a que ellos llegaran. Estoy segura.

Llegaste con dulzura. Y con tu sonrisita. Te faltaba solo un empujoncito para que te decidieras a salir, a darnos esos buenos días matutinos, los primeros de una larga serie. Una llegada fácil. Un parto provocado sencillo y ultra rápido. Me estaba casi durmiendo. Y de repente, llegaste, y yo me incorporé y te ayudé a salir, tu cabeza entre mis manos, pegajosa, y te puse contra mi pecho.
04:50. Cinco años de la noche en blanco más adorable de mi vida.

Cinco años. Ya.
Mi hija, mi única.
Cinco años de aprendizajes y cuestionamientos. Tu y yo. Nosotros.
Cinco años que eres tú.
Cinco años desde que me convertí en madre.

Cinco años escribiendo juntas las páginas de un libro llamado Thelma.

Vivir en el extranjero

Mamá en el extranjero (Francia): mi primera experiencia en una actividad infantil con el RAM

Recibimos una carta de la compañía eléctrica para avisarnos de un corte de luz de las 8 h 30 de la mañana a las 14 h 30 de la tarde. Lo primero fue decir puñetas no voy a poder trabajar. Intenté encontrar soluciones como ir hasta el centro de Nantes y buscar un café-Internet pero la verdad es que los últimos acontecimientos y manifestaciones varias que causan ambientes revueltos en la ciudad, me disuadieron rápidamente de esta opción. Ya veremos, dije.

Unos días más tarde había encontrado la solución: iba a ejercer de mamá (en el extranjero). Justo ese día PrincesaThelma tenía el Carnaval con el RAM (Red de Asistentes Maternales) del pueblo. Habíamos recibido una tarjeta de invitación y sabía por la nounou que lo estaban preparando desde hacía ya un tiempo. Antes de avanzar, debo deciros que no tengo ni idea (nadie ha sabido explicármelo) de las razones por las cuales festejan el Carnaval un 20 de mayo. Pienso que debería llamarse «fiesta de disfraces» o algo parecido porque que yo sepa el Carnaval tiene lugar 7 semanas antes de Pascua y marca el inicio del periodo de Cuaresma. Será por esas cosas de que Francia es un país laico… pero no lo sé, la verdad.

Así pues, me preparé para ir. Preparadísima. Empiezo a notar que pronto la cría iniciará sus aventuras en el cole y que voy a descubrir un montón de cosas de este país en el que vivo desde hace ya 15 años.

Mamá en el extranjero: actividad con el RAM
¡Ser mamá en el extranjero en un país que conoces desde hace mucho tiempo es adoptar otra mirada sobre la sociedad y descubrir un montón de cosas!
¡Ser mamá en el extranjero es ser niño una segunda vez en una lengua diferente!

Llego pues a la sala donde tuvo lugar el Carnaval (como llovió -¿qué raro, verdad?- el desfile tuvo que ser suspendido) y me encuentro con una monada de niños: un puñadito de indios por aquí, unas princesitas por ahí y un enjambre de abejas por allá entre las cuales mi pequeña Thelma. Ya me lo había dicho ella «mamá, voy a volar, voy a volar, tengo alas». Música y brioche. Me dediqué a hacer un montón de fotos puesto que esa era la misión que me había dado, yo misma… ya sabéis, cuando vas a un sitio donde no conoces a nadie, te sientes más a gusto si te auto-proclamas hacedora de algo (si no te sientes así como con las manos vacías), yo decidí ser: mamá fotógrafa!

Viví un momento especial viendo a los críos contentos, observando a las nounous y a otras mamás presentes (imaginé que todas ellas estaban de baja maternal por su segundo hijo puesto que tenían todas un bebé en los brazos). Nadie me habló. Bueno, sí, claro, mi hija y la nounou. Yo sonreía y la gente me devolvía las sonrisas. Moví bailé mis piernas al ritmo de Stromae (y me sentí un poco como cuando tienes 20 años y que te invitan a una fiesta donde no conoces a casi nadie). De repente, sorprendí a mi cerebro imaginando cómo sería asistir a una actividad así en mi país, nunca he sido mamá allí pero imaginé a mamás hablando entre ellas, has visto a ese niño y a esa niña, te has fijado en esa nounou, dicen que se acaba de separar y que no soporta a tal nounou y que… que… que… Pero sonreí y seguí hablando un poco con la nounou, un poco.

Y mi hija, sobre todo mi hija que se la veía feliz. Feliz de que yo estuviera allí. Por que ese es también uno de los lados buenos de ser freelance y trabajar en casa: la flexibilidad de horarios.

Como ya dije en otro artículo, hasta hace poco más de tres años, yo desconocía por completo este sistema de nounous (asistentes maternales) y ahora estoy encantada con ese modo de funcionamiento! Tanto, que la entrada al cole de Thelma se hará poco a poco, por etapas y de momento solo irá por las mañanas, luego la nounou la recogerá y pasará con ellas las tardes... ¿os cuento eso próximamente?
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Tres años tu y yo, tres años de nosotros

Tres años, hija mía
Hoy hace tres años que empezamos a escribir la historia de un libro llamado Thelma. Un libro a seis manos y en tres idiomas. Páginas que nos descubren misterios de la vida, con palabras, puntos y comas, con holas allá y bonjours aquí!
¡Feliz cumpleaños Thelmita!

Escribí estas líneas en Facebook el sábado pasado, el 14 de mayo de 2016.

Y luego me fui, nos escapamos, nos fuimos de largo finde, en familia, entre amigos…

Fue un sábado inolvidable con una niña más sonriente que nunca, loca loquita y expresiva como ella sabe ser. Y me volví a enamorar de ese renacuaja…

Porque ya son tres años juntas, tu y yo, tres años de nosotros.
Tres años de una loca aventura.
Tres años de un gran equipo.

Tres años de ser mamá en el extranjeroTres años de ser mamá en el extranjeroTres años de ser mamá en el extranjeroTres años de ser mamá en el extranjero

Y que hicimos una pequeña fiesta en pequeño comité, improvisada.

Con platos de cartón y vasos de plástico. Y pajitas de colores. Rosa, por favor.
Y que comimos un pastel, comprado porque mucho trabajo, porque un largo trayecto. De chocolate, por favor.
Y que soplaste no una ni dos sino tres veces las velitas. Con tu compañero de aventuras.
Que hiciste el payasete, ¡como tan bien sabes hacer!
Y que saltaste, literalmente, de alegria cuando descubriste tu bici. Rosa, por favor. ¡Mamá, es rosa como la de la tienda! dijiste. Y yo sonreí.
Con la boca sucia, de chocolate y de smarties. Y fotos, muchas fotos.
Cantamos Joyeux anniversaire y Cumpleaños feliz y Per molts d’anys. Y tu las cantaste todas. Mi pequeña trilingüe en construcción.
Y que hicimos un corto Skype con una muy mala conexión con l’avi i s’àvia.
Y una llamada a mamie y papy.
Y un montón de Whatsapp y mensajes llegados de España.
Nos fuimos de paseo, con tu bici, claro está. Y galletas, muuuchas galletas. ¡Nunca sin tus galletas!
Y una chaqueta polar y un legging que no combinaban. Y el pelo alborotado. Y me dije, por dios, pero y qué, los niños es eso, los niños son niños, los niños son autenticidad.

Tres años de ser mamá en el extranjeroTres años de ser mamá en el extranjero

Y ya tienes tres años. Tres años así y tres años así, a la española (anular, corazón, índice) y a la francesa (pulgar, índice, corazón).
Tres años de ti y de mí.
Tres años que estás aquí.
Tres años que descubro otra Francia.

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Para vosotros A y G, para ti también pequeño S. Por esos momentos que pasamos. Por ayudarme a ser mamá, en el extranjero.