Web

Escribir en la blogosfera

escribir en los blogs

Me apetece hoy hablar sobre el tema de la escritura en el mundo de los blogs. Y eso, por varias razones:

– Me gusta escribir;
– Me gusta leer;
– Escribir es un trabajo para mí;
– Las palabras son importantes;
– Escribir no es sólo un tema de palabras sino también de estilo;
– Escribimos para comunicar;
– (…)

Pero, ¿por qué hablar hoy de este trabajo de escritura en el mundo de los blogs (sin tener en cuenta los blogs de empresa) que crece de cada día más? Pues, claramente, porque últimamente he leído algunos artículos sobre cómo escriben los blogueros/as. Los artículos en cuestión eran, a mi parecer, correctos. Lo que ya me pareció menos bien fueron los textos dejados a modo de comentarios. Me parecieron demasiado críticos (pero una vez más, no es más que mi opinión).

Cierto es que cada uno de nosotros tiene un estilo diferente. Es una constatación.Lo mismo que si os digo que tengo el pelo rizado y que mi amiga tiene un bonito pelo liso. Y pienso que no es malo que existan estilos diferentes. Un buen catálogo de estilos, una bonita paleta de plumas. Y es bueno porque así podemos elegir. ¡Y poder elegir es algo maravilloso! Es el principio mismo de toda democracia y de los pueblos civilizados. Si yo prefiero comprarme un pantalón rojo, pues no voy a coger el negro y no por eso, voy a ir a la vendedora-propietaria y espetarle un «vuestros pantalones negros son horribles». No se lo voy a decir porque para empezar sería para mi una falta de respeto y además estaría cargando contra su bebé. Y me imagino que su tienda la ha creado con mucho amor y que está trabajando duro para vender muchos pantalones.

travail d'écriture sur les blogs

Nosotros, las blogueros, llegamos de horizontes muy diferentes, tenemos trayectorias heterogéneas y hablamos de temas bien variados. Nuestros blogs son un poco nuestros bebés. Personalmente, explico en mi About que mi blog es un poco mi casa. Con mi escritura intento retransmitir un poco quién soy y cómo soy. Porque de buen seguro que mi manera de escribir desvela un poco de mi caracter y de mis pensamientos (la comunicación -escribir, pues- viene del cerebro… si, ya sé, es un tema un poco misterioso pero a mi me gusta eso de la filología-lingüística y la traducción). Es por ello que cuidar la escritura es importante. Pero también es importante que cada persona escriba de la manera que quiere escribir (quizá tendrá en cuenta sus objetivos y su público) y como puede (en función de la trayectoria y conocimientos).

Yo, a veces, me entretengo jugando con las palabras, lo que interesa a poca gente (y ahora si queréis podéis leer este artículo en cuestión). ¿Pasa algo? Pues no, pienso «pues da igual». Yo, a veces, leo artículos que no me interesan y me convierto en una lectora silenciosa, veo, leo y no digo nada. ¿Por qué, pues, a veces, tiene que haber esas críticas tan severas?  Publicar significa convertir algo público (a eso se le llama etimología) exponiéndonos a las opiniones de los demás pero, francamente, merece la pena herir?

Pienso que, dejando de lado las enormes faltas de ortografía, todos los estilos son respetables y que debe de haber sitio para todos.

Freelance

Ductilidad y Flexibilidad

flexibilidad en el trabajoLevantarse a las 6 h para trabajar…

flexibilidad de los autónomos … y ver el día amanecer

Desde hace unos diez años se oye hablar, con cierta frecuencia de DUCTILIDAD y FLEXIBILIDAD.

Si mi memoria no me falla, empecé a oir hablar con asiduidad de estas nociones en Bruselas cuando trabajaba para la Unión Europea. En aquella época, 2005-2006, no paraban de aturrullarnos con esos conceptos. Era la moda de la política de Flexibilidad en el trabajo, conocida en argot UE como la FLEXIGURIDAD. Abro comillas «(…)las estrategias de modernización del mercado laboral deben tener en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores como las de los empleadores. De este modo, el concepto de flexiguridad es un enfoque global que beneficia a la flexibilidad de los trabajadores que deben poder adaptarse a las evoluciones del mercado laboral y conseguir sus transiciones profesionales. Del mismo modo, debe favorecer la flexibilidad de las empresas y la organización del trabajo, con el fin de responder a las necesidades de los empleadores y mejorar la conciliación entre la vida profesional y la vida familiar […]» (Para más información podéis pinchar aquí). Cierto es, también, y como suele ser el caso para muchas directivas europas o simples propuestas, que estas «recomendaciones» no se aplican en los territorios nacionales.

En fin. Pero a mi eso de hablar de leyes y de directivas no me gusta. Además, no se me da bien. Lo que pretendo con eso es explicar que yo, personalmente (sí, ya sé, es una redundancia) no he sabido lo qu es DUCTILIDAD y FLEXIBILIDAD hasta que no me he hecho FREELANCE. ¡Pues sí!

Antes, y como la mayoría de trabajadores, hacía lo que me decían. Y en cuanto me lo decían me ponía ¡manos a la obra! Punto final. Mucho espacio a la negociación, no existía. No caigáis en el error de creer que trabajé para dictadores o para esclavistas, no, nada de eso. Cuando estaba en el sector privado, mis jefes eran más bien informales, simpáticos, jóvenes y cool como decimos ahora. Pero claro, las reglas del trabajo son reglas. Una especie de normas tácitas, de cosas que se hacen «así» porque son «así» desde años atrás. Y también porque hay leyes que respetar, horas de trabajo que realizar, etc. Pero creo que lo peor lo viví en la enseñanza (en Francia), donde todo está milimetrado y cronometrado. A tal hora esto, después lo otro, durante dos semanas toca este programa («secuencia» se llama en argot de la enseñanza secundaria) y después una reunión a tal hora, tarde, muy tarde, si tu crío está enfermo, da igual porque lo que importa es firmar la hoja de presencia, si estás de baja por problemas de embarazo, te siguen llamando tres veces al día porque aún no han encontrado un sustituto, también les da igual y así podría seguir con un largo etcétera.

Decía, pues, que esta DUCTILIDAD y FLEXIBILIDAD sólo la he encontrado poniéndome de freelance (y como yo, mucha gente más). Me dí realmente cuenta de ello esta semana. Con el periodo de vacaciones escolares que vive el país (Francia) y, en consecuencia, de la nounou de la Princesita, estoy consiguiendo conciliar bastante bien mi vida familiar y mi vida profesional. Cierto es que estoy un poco cansada (y con algo de ojeras) pero puedo organizarme como quiero. A las 6h de la mañana me pongo a trabajar hasta que mi bebé se despierta (hacia las 9h) y a esta hora me dedico a ella: biberón, juegos, cosquillas, risas, juegos. Nos vestimos, hacemos las tareas de la casa. Después llega la hora de la comida. Y la siesta, momento en el que de nuevo me pongo a trabajar un poco. Jugamos de nuevo y merendamos. Y cuando el papá llega, toma el relevo (¡ChériGuiri es muy majo!) y yo puedo dedicar un par o tres horas más al trabajo. ¡Si eso no es FLEXIBILIDAD…! Además, esa ductilidad la encuentro igualmente en otros aspectos: comprar billetes de avión para un miércoles y no tener que esperar al gentío de un sábado, acabar más pronto un viernes y ponerme un rato un domingo a media tarde, llamar cuando quiero a mi familia y amigos.

En la vida necesitamos todo tipo de profesionales: carpinteros, abogados, panaderos, profesores, peluqueros, contables… Asalariados y autónomos. Pero si el conjunto de esos trabajadores tuviera acceso a más FLEXIBILIDAD seguramente las cosas irían mejor y seríamos todos un poco más felices.

Freelance

Trabajar en casa y cuidar de los hijos

Soy mujer, recién mamá, free lance y trabajo en casa. Pero no, no me ocupo yo de mi hija.

Cuando me lancé en esa aventura de ser free lance y de trabajar en casa, hubo gente que pensó que lo había hecho porque quería quedarme todo el día con mi hija. Hice eso porque me apetecía, porque tenía ganas de probar esta fórmula, porque era mi sueño profesional. Pero tenía muy claro que no podría ocuparme yo misma de mi hija puesto que de haber sido así, no habría trabajado mucho. Un bebé necesita de muchas atenciones. Trabajar necesita de mucha concentración. Para mi son, pues, dos cosas incompatibles.

Trabajar en casa y cuidar de los hijos

Puesto que tuvimos que buscar cómo y quien se ocuparía de nuestra niña meses antes de que naciera y que, a veces, es difícil saber que será de nuestras vidas dentro de cinco o seis meses, ChériGuiri y yo decidimos coger a una «asistente maternal»* que sólo aceptaba horarios de profesores, es decir, no cogería a la niña durante las vacaciones escolares**. Fue una elección muy pensada. Es lo que queríamos. Así pues, la «nounou» se ocupa de la niña 40 horas por semana y eso nos permite perfectamente conciliar vida laboral y vida familiar. Por el momento estamos encantados de nuestra elección. La dejo a las 8h y a las 8h15 ya estoy trabajando. La recojo a las 17 h tres veces por semana, a las 15 h los miércoles (es la única de los tres niños de los que se ocupa la «nounou» que va los miércoles – aquí en Francia la tradición manda que los miércoles los niños no tienen cole, aunque una reciente ley ha cambiado las cosas) y a las 14 h los viernes. Los miércoles por la tarde princesita y yo tenemos cita webcam con los abuelos de Menorca. Los rituales se van instalando.

Tener un hijo significa hacer todo lo posible para ocuparse de él. Sin embargo, creo que tampoco es bueno olvidarse completamente de uno mismo ni tener que renunciar a los sueños profesionales. Lo más importante es encontrar un equilibrio. Nosotros lo estamos consiguiendo. Ya hablé, en su momento, que cuando tienes a la familia lejos tienes que pensar muy bien en cómo organizar todo puesto que en caso de imprevistos o de problemas de última hora, la familia no puede estar ahí en dos minutos, por ejemplo que hacer si «estoy-en-un-atasco-qué-hago-de-mi-bebé» o si «nounou-llama-porque-bebé-enfermo».

Durante las primeras vacaciones escolares me pude ocupar muy bien de ella, con 4 meses, con 6 meses, pude trabajar tranquilamente mientras ella hacía su siesta o estaba a mi lado en su hamaquita. Después, cuando ya empezó a gatear y a ponerse de pie, conseguí trabajar «un poco» y sobre todo trabajaba cuando ChériGuiri volvía a casa. Pero eso es lo bueno, soy reina y dueña de mi tiempo, lo gestiono como yo quiero!

¿Y ahora qué? La escuela terminó el viernes pasado, 4 de julio. ¿Qué hago con la princesita? Camina desde hace ya un mes, hay que vigilarla todo el tiempo, es muy activa, le encanta «hablar»! Difícil pues de ocuparme de ella y trabajar al mismo tiempo…. Tenemos una mamie que vive a algo más de 1 hora de coche, difícil para los imprevistos pero factible para ocasiones organizadas de antemano, o sea que vendrá unos cuantos días durante la próxima quincena. El resto del tiempo, una vecina de 18 años jugará y se ocupará de ella y yo también me cogeré algunas horas.

Estamos encantados con esta organización. Haber cogido una asistente maternal me permite tener tiempo para trabajar tranquilamente y sin correr y, a la vez, estoy muy disponible para mi hija. Las tardes-noches tenemos tiempo de jugar con ella, le damos el baño sin prisas tipo es-tarde-estamos-cansados-mi-jefe-es-un-imb***, come todos los días con su fiambrerita preparada con amor por su mamá. Y que durante las vacaciones escolares esté en casa no nos supone ningún problema, siempre encontramos una solución.

¡Ser free lance y trabajar en casa para conciliar mejor vida laboral y vida familiar!

*La asistente maternal. Su aptitud y ejercicio profesional deben ser reconocidos y autorizados por los servicios de protección maternal e infantil (PMI) del departamento (provincia).

**En Francia cada dos meses y medio hay vacaciones. El curso se termina la primera semana de julio para los más peques y empiezan los primeros días de septiembre.