Vivir en el extranjero

Elegir escuela (… en Francia)

El tiempo pasa, rápido, demasiado rápido. Y voilà que nuestra PrincesaThelma ya no es un bebé y llegó ese momento de confrontarnos a la ELECCIÓN : la elección de la escuela. Porque para nosotros, que nuestra hija vaya a la escuela significa ELEGIR una escuela. Seguramente, para algunos padres, el tema ni se plantea, no hay elección, es natural, la decisión está de antemano tomada: ya sea por continuidad familiar, por convicciones religiosas, porque hay amistad con profesores, porque hay una única escuela en el pueblo, etc.

Cuando los padres eligen escuela

Pienso que la instrucción es una responsabilidad enorme y que los niños no van únicamente a la escuela para « llenar » sus horas (y de paso que papá y mamá puedan trabajar). No, ir a la escuela es acompañar a nuestros hijos en su camino de vida, en su construcción como persona.

Varias razones explican, para nosotros, esta elección tan difícil:

Hace relativamente poco que vivimos en este pueblo y no lo conocemos muy bien;
Yo nunca fui a la escuela en Francia, algo que de manera inconsciente me produce más interrogantes;
Confieso ser algo crítica con el sistema de enseñanza (de manera general hacia el sistema tradicional más o menos similar que existe en Europa)
No tenemos fuertes convicciones religiosas aunque sí sabemos muy bien que venimos de países de tradición judeocristiana;
El principio de laicidad de la « Escuela pública republicana de Francia » empieza a perturbarme un poco, no la laicidad en sí sino la trayectoria que va tomando esta noción;
 …

Nuestras experiencias

Tanto ChériGuiri como yo fuimos a colegios privados concertados, el principio es el mismo tanto en Francia como en España.

Cuando llegué a la región de Nantes, y como ya he explicado en algunas ocasiones, estuve dos años de profesora vacante en un instituto privado concertado con buena reputación…

Crítica con el sistema

… y esa experiencia no me agradó demasiado. Si bien nunca tuve problemas ni con los alumnos ni con los demás profesores, no me sentía realizada, más bien el contrario: me sentía « maniatada » puesto que pienso que la posibilidad de maniobra de un profesor es ínfima y que en múltiples ocasiones hay que trabajar con programas con los que no estás de acuerdo y adoptar unas prácticas pedagógicas que no están adaptadas a los jóvenes de hoy en día. Era profesora de lenguas pero a pesar de mi « título » siempre estuve (y estoy) de acuerdo con ese mito que dice que « de todas formas, en el cole/instituto nunca se aprende bien un idioma ». Voilà, ni siquiera tenía ganas de defender mi rol porque yo también pienso que los idiomas no se pueden aprender en una clase, sobre todo si la clase es de 30 alumnos (y soy amable, porque tuve segundos de bachillerato de 41, ¡claro que no, así no se aprende ni el español, ni el inglés ni el chino, vamos !)

¡O sea que decidí salir del sistema! No sirve de nada quedarse en un sitio donde no se está a gusto…

Cuando los padres eligen escuela

Y esas diferencias con mi infancia

De momento solo tenemos una certeza: PrincesaThelma irá a la escuela por las mañanas (de 9 h a 12 h), luego la asistente maternal (algo similar a una madre de día) que tiene desde siempre la recogerá, le dará de comer y se quedará ahí un rato por las tardes.

Porque hay algo que me atormenta profundamente: en Petite Section (el equivalente a P3) los niños no hacen nada por las tardes. A las 12 del mediodía pasan al comedor y en cuanto acaban (sobre las 12 h 45) los meten en unos dormitorios compartidos y ahí a dormir, tanto si tienen ganas como si no… A las 15 h 30 suena la musiquita para que se despierten y a las 16 horas la escuela se termina.

Y a mi me cuesta entender esa manera de hacer:

¿« Aparcamos » a los niños para que hagan la siesta en dormitorios?
Un niño de 3 años cuando decide que no quiere dormir… ¡no duerme!
En la jornada de puertas abiertas que hicimos recientemente, la maestra nos dijo que si teníamos manera de quedarnos con la niña por las tardes, pues ni tan mal, porque de todas formas están « obligados » a hacer la siesta…

O sea que pensamos que en casa de la asistente maternal estará mejor porque evidentement la niña dormirá pero el tiempo que quiera, luego seguirá jugando, bailando, etc.

CES ECOLES PAS COMME LES AUTRES (Esas escuelas que no son como las demás)

Ese es el título de un libro que leí recientemente y cuyo autor es Peter Gumbel, periodista británico afincado en Francia desde hace muchos años. En él, realiza la radiografía de las escuelas llamadas « alternativas » en Francia y el resultado es sorprendente: casi no hay. En una época, cuando PrincesaThelma era aun un bebecito, pensaba en meterla en una escuela Montessori pero claro, donde vivimos solo hay una pequeñita y muy lejos. En Francia casi no existen las escuelas privadas, yo diría (y creo que no me equivoco) que hay incluso menos donde elegir que en España. Luego está el tema económico, evidentemente, pero esa es ya otra historia..

Por otro lado, decir que admiro todas esas familias que deciden educar en casa pero yo no podría hacerlo. No podría porque necesito trabajar para sentirme bien, realizada. Pero la escuela en casa es para mí una opción completamente respetable.

Poder elegir, una Educación a la carta

A todos aquellos que no lo hayan visto, recomiendo el documental dirigido por Laura Mascaró donde se exponen los diferentes tipos de educación (sistemas de enseñanza) que hay….

En Francia tenemos la historia de Céline Alvarez que de 2009 a 2011 entró en la Education Nationale (institución encargada de controlar el sistema de educación público en Francia) como profesora con el objetivo de hacer mover tendencias y cambiar métodos … pero la maquinaria de esa Education Nationale es tan grande que no pudo y se fue (ahora sigue trabajando por el cambio pero desde fuera).

Últimas palabras

Lo que me provoca un nudito en el estómago es que yo salí de un sistema que ahora mi niña va a integrar. ¡Cuidado! Respeto un montón a los profesores (es más, en muchas ocasiones digo ¡bravo por ellos!), lo que para mí muestra signos de grave enfermedad es el sistema. ¡Y en Francia la máquina es tan potente y tan grande…!

———————

Los padres de hoy no somos los padres de ayer. Los alumnos de hoy no son los alumnos de ayer. La sociedad actual no tiene nada que ver con la sociedad de antaño pero mucho me temo que el sistema actual se parece demasiado al sistema de hace algunos años.
Vivir en el extranjero

Mis padres «envejecen», vivo lejos de ellos…

Cuando uno vive lejos de la familia, ese siempre es un tema peliagudo. Tanto da (aunque alguna diferencia sí la hay) que uno haya marchado lejos a otro lugar del mismo país o que viva en el extranjero.

El paso de la vida quiere que cuando nosotros nos hacemos «mayores» nos demos cuenta de que ellos, nuestros padres, «envejecen». ¡Una lógica imparable, vamos! Yo piensa de cada vez más en el tema, ¿vosotros?

Mis padres envejecen, vivo lejos de ellos

Tengo la suerte de tener unos padres todavía jóvenes: mi madre acaba de cumplir 60 (¡hola, mamá!) y mi padre tiene 62. Están bien, siguen trabajando. Están bien pero yo sigo dando vueltas al tema. Porque además soy hija única. Mi preocupación es muy sencilla (o no): ¿cómo me las voy a apañar si un día me necesitan de verdad? ¿Quién va a ocuparse de ellos? Tienen la suerte de vivir rodeados de familia, en la misma calle de la casa familiar, se ven todos los días. Mi preocupación no es entonces para el inmediato pero…

Pero ya siento que a veces «me necesitan». Por una historia de papeles, por el ordenador que titubea, por el smartphone que hace de las suyas, etc. Cuando eso ocurre, me gustaría poderles ayudar pero casi siempre les digo que pregunten a mi primo, a mi tío, a mi prima. Porque yo no puedo, no puedo coger el coche y tragar kilómetros. Tengo que reservar un avión, encontrar una conexión.

Momentos difíciles

Lo de pasar momentos difíciles a distancia, ya sé lo que es y os puedo asegurar que es asqueroso (sí, esa es la palabra). Corría el año 2005 y mi padre me llamó para anunciarme una noticia horrible… el teléfono se me cayó, me quedé de piedra, llorando. Respiré hondo y volví a llamar a mi padre e intenté escucharle tranquilamente. Eso ocurrió cuando yo estaba acabando mi Master II de Traducción, en Madrid y estaba a sólo dos días de marcharme a Bruselas para empezar mis andaduras profesionales. Mientras que toda mi familia estaba reunida en el funeral, yo fui a pasearme (perderme) sola por el Palacio Real, callejeé sin rumbo ni destino. Simplemente pensaba en la tragedia, escondida detrás de mis gafas de sol. Tenía 26 años.

Y luego el tiempo pasa y la vida (re)toma su curso. Y ahora soy diez años mayor.

La distancia, siempre la distancia

Esta experiencia (y otras) me han mostrado las fuerzas y las flaquezas de la vida. Esta experiencia (y otras) me han recordado que la distancia casi siempre ha formado y formará (pienso) parte de mi vida. ¡Escritos y escritos que tengo sobre el tema!… pero ¿sabéis qué? pienso que la distancia es el resultado mismo del baile de la vida!

¡Y visto que baile hay, distancia habrá!

Mis padres envejecen, vivo lejos de ellos
Y si bien no sé aún cómo lo voy a hacer si mis padres me necesitan realmente, intento encontrar trucos y maneras para hacer frente a esa distancia. Por otra parte, creo que debemos ser muchos los que quisiéramos descubrir trucos y maneras puesto que los esquemas sociales actuales dibujan un mundo en el que la movilidad es la reina, ahora más que nunca.
Lifestyle

¿Eres mamá y viajas sola en avión con tu bebé?

Princesita acaba de celebrar sus 14 meses hace unos días *. En ese corto periodo de tiempo ya ha viajado 4 veces, sucesivamente a sus 2 meses, 6 meses, 11 meses y 14 meses. En esos cuatro viajes hemos probado varias fórmulas: avión + avión con mamá, avión + avión con papá y con mamá, coche + barco con papá y con mamá, avión directo con mamá.

Viajar sola en avión con su bebé

Estimular el reflejo de succión

El primer viaje, cuando sólo tenía 2 meses, cuando la gente te dice «¿estás segura? es tan pequeñita…» es, sin duda alguna, el viaje más tranquilito de todos. Un bebé puede viajar en avión desde muy pequeñito, no hay un mínimo de «edad o días» para poder montar, tan solo unas pocas compañías no permiten a los bebés de menos de 2 semanas viajar. Si el parto fue sin complicaciones y el renacuajo se encuentra bien, no existe peligro alguno. Simplemente se debe tomar una sencilla precaución: darle de beber, ya sea pecho o biberón, con tal de estimular el reflejo de succión para evitar las molestias en los oídos. Vuestro bebé viajará en vuestro regazo, con un cinturón que se abrocha al vuestro. Debéis saber, también, que para viajar con dos menores de 2 años, muchas compañías obligan la presencia de otro adulto. Princesita, muy tranquilita por aquél entonces, no lloró ni se mostró rara. Todo fue bien.

Hay que ser muy organizada

Hay que ser, también, muy organizada. Tener a mano el biberón, el chupete, el muñequito/doudou, papeles y documentos, puesto que no tendréis más que una mano para coger todo. Aunque hayáis puesto el bebé en una mochilita, no os olvidéis que también iréis cargadas con una bolsa de mano y chaquetas o abrigos si es invierno.

Las escalas…

Lo más duro y más cansino no es el vuelo sino las escalas y esperas en los aeropuertos. Para aligerar ese momento pesado, intentad encontrar carros provistos de sillitas para bebés. Suele haber de dos tipos: con sillas para más grandes y con maxicosi. No os olvidéis tampoco que vuestra inevitable visita a los «baños» será un poco más complicada que de costumbre y que quizá la puerta no cierre bien. Es mejor, entonces, no perder los nervios y mostrarse tranquila y paciente en todo momento.

Casi no hace falta decir que si viajáis acompañada de otro adulto todo resulta más fácil. ¡Cuatro brazos siempre son mejor que dos!

Viajar sola en avión con su bebé

Gente para ayudaros

Cuando viajé con Princesita a sus 6 meses era Navidad. El viaje de ida estábamos únicamente ella y yo, a la vuelta, la presencia del papá facilitó aún más la tarea. En otro artículo (en versión FR) ya os expliqué que quién se encontró mal fui yo y no ella. No fue fácil. Pero claro, es uno de los riesgos que corremos al viajar solas. Pero no os preocupéis, las azafatas y stewards os ayudarán en todo momento. En los aeropuertos también hay agentes de información que os pueden echar una mano, y también hay farmacias. Al sentirme indispuesta, en ese viaje, la pequeña y yo nos pasamos las horas de espera en el aeropuerto de Barcelona sentadas estratégicamente entre un punto de información y una farmacia. Por suerte, no necesité ir, pero fue una forma de sentirme más segura.

Fases de despegue y aterrizaje

Mi tercer viaje a solas con mi pequeña fue un vuelo directo Nantes-Menorca, ¡qué delicia!. Esperas un rato, te montas al avión, te bajas y ya estás en tu destino final! Lo «menos bueno» de este viaje es que un bebé de 14 meses que ya anda y que quiere descubrir todo, no tiene ganas de quedarse sentado y menos aún cuando TIENE LA OBLIGACIÓN de sentarse, como ocurre para las fases de despegue y de aterrizaje. Tuvimos que hacer 40 idas y venidas a lo largo del (estrecho) pasillo y la cosa es un poco «soy el centro de atención, sonría, una cámara le está filmando!» y es que claro, un bebé normalmente hace reír y la gente entabla conversaciones.

En cochecito hasta el avión

Aviso también a las mamás que viajan solas en avión con un cochecito de bebé. Lo probé. Los cochecitos los puedes guardar hasta pie de avión pero mejor saber que tendréis que plegarlo para meterlo en el pórtico de control. Y es ahí, cuando os daréis cuenta de que necesitáis la ayuda de alguien. Intentad, sino, poner a vuestro bebé de 14 meses (por ejemplo) en el suelo mientras os ocupáis del cochecito, si nadie lo vigila os aseguro que habrá recorrido el aeropuerto entero! Lo mismo tendréis que hacer para recoger el cochecito y abrirlo y una tercera vez cuando lleguéis al avión. Si no pedís ayuda para que alguien retenga al bebé, quizá este desaprezca o se escurra por alguna de las aberturas de los fingers!

Esos son, pues, algunos truquitos para que el viaje en avión de mamá y bebé sea lo más plácido posible!

——–

* Artículo escrito originalmente en francés en fecha de 25-07-2014