Bilingüismo

«Como en la plaza del pueblo» (Encuentros Niños Bilingües)

Niños Bilingües Nantes

Creo que no me equivoco al decir que el pasado 8 de abril fue un gran día para los Encuentros de Niños Bilingües Franco-Hispanohablantes de Nantes.

El pasado 8 de abril batimos un record de participación y si bien ya sé que la calidad no se encuentra siempre en la cantidad, también voy a añadir que el buen ambiente reinante del pasado domingo deja presagiar tardes muy bonitas y beneficiosas para nuestros pequeños bilingües en construcción ( algunos ya muy construidos y otros en muy buen camino).

Siempre es con algo de mariposillas en el estómago que paso las horas previas al Encuentro: miedo a que se me olvide algo, ganas de prepararlo todo muy bien y, sobre todo, con esa cosa ahí en el estómago que me dice espero-que-la-gente-salga-contenta.

Algunos nos conocemos ya bastante bien y otros no tanto. Cada nuevo Encuentro significa nuevas familias y eso hace que tengamos que tejer nuevos vínculos.

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Familias con ganas de que sus peques consoliden el español

¡14 familias presentes que se traducen por un total de 18 niños, 24 madres y padres y hasta 1 abuela argentina!

Tengo la sensación que desde hace unas semanas, las familias franco-hispanohablantes en la región de Nantes van apareciendo como por arte de magia…

Cada familia tiene una historia distinta con el bilingüismo. Cada familia, por su historia y construcción, ha creado una relación distinta con el español y eso se nota en los niños. Como siempre digo, en eso del bilingüismo simultáneo precoz NO hay recetas milagro, NO HAY una receta que funcione y otra que no…

… pero lo que SÍ debe existir siempre es el interés por los padres y madres en fomentar y en crear espacios dedicados donde sus hijos puedan desarrollar la lengua de forma natural.
Niños Bilingües Nantes Niños Bilingües Nantes
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Como en la plaza del pueblo

“Como en la plaza del pueblo” es algo así como la coletilla del “sin presión ni pretensión”, lema de nuestros Encuentros desde sus orígenes.

Porque creo firmemente en lo saludable (lingüísticamente hablando) que es para los niños que crecen en una familia bilingüe encontrar un lugar natural, sin demasiadas reglas ni obligaciones, donde puedan evolucionar libremente; más o menos como cualquier niño en España o en Sudamérica lo haría si estuviera jugando en la plaza de su pueblo!

Evidentemente, ahí estamos nosotros, los adultos, para gestionar un poco el Encuentro, para leer algunos libros, jugar con ellos.

¡El pasado 8 de abril el Encuentro se zanjó con unas bonitas canciones de corro!

Ya solo me queda deciros hasta pronto para un próximo Encuentro…

Niños Bilingües Nantes Niños Bilingües Nantes
Bilingüismo

VII° Encuentro de Niños Bilingües Franco-Hispanohablantes de Nantes

Encuentro niños bilingües Nantes

Nos reunimos el sábado pasado, el 10 de marzo de 2018 para celebrar nuestro VII° Encuentro de Niños Bilingües. Fue un sábado especial por varias razones, principalmente porque era la primera vez que nos reuníamos en uno de los locales que el Centro Cultural Franco-Español tiene en la ciudad de Julio Verne.

Como os conté recientemente, los Encuentros que organizo desde hace algo más de un año han crecido de manera muy rápida y las casas de las familias, donde pasábamos las tardes, se habían quedado pequeñas para acoger a todo el mundo.

¡Así, pues, haber logrado esta colaboración con el CCFE nos colma de alegría!

Encuentro niños bilingües NantesEncuentro niños bilingües Nantes
Encuentros niños bilingües Nantes Encuentros niños bilingües Nantes

Ahora ya podemos abrir los Encuentros a más familias interesadas. Para ser sincera, a finales del año pasado casi no nos atrevíamos a publicitar más los Encuentros por miedo a quedarnos sin sitio. No dudéis en compartir la información si conocéis a familias franco-hispanohablantes que viven en la zona de Nantes.

Además, el hecho de gozar ahora de un buen local, permite mejorar las actividades que, de manera informal, ofrecemos a nuestros niños. Porque, no lo olvidemos, todo eso lo hacemos por ellos.

Lectura, juegos de mesa, audiolibros…

Dividimos la sala en zonas con diferentes actividades:

– La biblioteca
– Colorear, dibujar y manualidades
– Juegos de mesa
– Música y audiolibros

Son las familias las que aportan los juegos, la lectura, vamos, el material que utilizamos, lo que nos permite intercambiar herramientas.

Encuentros niños bilingües NantesEncuentros niños bilingües Nantes

Por edades…

Uno de nuestros próximos objetivos es el de organizar las actividades en función de las edades de los niños. Ahora que ya somos más, la amplitud de edades va siendo mayor por lo que es recomendable que adaptemos las actividades a cada edad.

Por supuesto, todo eso amenizado con una suculenta merienda!

Como podéis observar, tenemos esta vez unas fotos preciosas y es que después de haber logrado la colaboración con el CCFE, pensé que no estaría mal encontrar al fotógrafo ideal que me echara una mano con las fotos para tener soportes visuales de calidad en vistas a la comunicación. Y ahí entra en juego la dulce Vanessa, una de las mamás...

…¡Y es que los Encuentros son una historia de todos!

Encuentros niños bilingües NantesEncuentros niños bilingües Nantes
Encuentros niños bilingües Nantes Encuentros niños bilingües Nantes

Enlaces a artículos

Mientras voy preparando otros artículos sobre la crianza bilingüe en familias bilingües y donde una de las lenguas es siempre minoritaria, os invito a leer (o releer) otros artículos interesantes:

Mi hija será trilingüe (uno de los primeros que escribí, en 2014)
¿Libros en francés para mi bebé bilingüe? ¡No, gracias! (con un título algo provocador, escrito en 2015)
Ser madre de un niño bilingüe (con la mágica regla del 30% dentro)
Hablar siempre en la lengua materna a los hijos (¿y por qué tendría que ser diferente?)
¿Puede un único progenitor transmitir dos idiomas? (porque a veces, hay trilingüismo…)

Bilingüismo

Hablar siempre en la lengua materna a los hijos

 

hablar siempre la lengua materna a los hijos

Hace ya mucho tiempo que no nos hemos parado un rato para seguir las aventuras de nuestra pequeña bi(tri)lingüe en construcción. Y eso que aventuras, ¡las que queráis!

Como ya os he explicado, la Princesita cumplió hace poco los 2 años y habla de cada vez mejor. Sinceramente, nos tiene un poco sorprendidos (no, no, no somos sus padres «cha chuffi mamà» diría ella, la que nos espera, ¡ya os digo!). Bueno, como también ya os conté, en la visita al médico en ocasión de su primer aniversario, éste apuntó lo siguiente en el cuaderno de salud: «muy comunicativa» (si no me creéis, fotocopia al canto!). Y ahora, 1 año después, pienso que el médico podría anotar «muy comunicativa exponente 2». Cierto es, mi bretón de ChériGuiri es más bien silencioso, o sea que quizá lo haya cogido de su madre, quién? yo? nooooo… Además, había leído que los niños bilingües muchas veces empiezan a hablar más tarde que la media. Y como siempre hay una excepción a la regla, esa excepción debe llamarse Princesita.

O sea que ya os podéis imaginar que esa monería pequeñita se pasa el día dándole a la lengua. Incluso cuando la acostamos. Sí, sí. Se pasa una hora y media (de cronómetro) explicando su jornada a las muñecas (ayer decía a una que tenía que cambiarle el pañal, sí, la espié, ¡lo admito!). Y como ya duerme en una cama de grande, se levantó para cambiárselo. Nos estamos preguntando si no tendríamos que acostarla a las 18 horas, para que duerma a las 20 horas. Bueno, como es verano, somos indulgentes.

Y yo aquí charlando charlando (será verdad eso de que la Princesita hace como su madre) y aun no he entrado en el meollo del tema. Mal. Muy mal. Google no va a posicionarme correctamente. Venga, a por trabajo pues.

Hablar siempre en la lengua materna a los hijos

Lo que realmente quiero decir es que elegí (aunque bien mirado, creo que no se trata de una elección, simplemente de algo que se hace de manera natural) hablar siempre a la Princesita en mi lengua materna. ¿Eso es bueno? ¿Es malo? Para gustos colores y seguro que cada cual opina distinto. Lingüísticamente hablando, es mejor. Científicamente comprobado. Pero hoy me siento de buen humor (y agotada de escribir sobre temas serios para mis clientes), o sea que dejo lo técnico científico lingüístico de lado. Lo único que sé es que actuando de esta forma, a veces tenemos que hacer frente a situaciones embarazosas y/o divertidas. Y a veces ese alguien interior me dice «qué puñetas estás haciendo, señorita!)

Cuáles son esas situaciones divertidas que una puede vivir cuando siempre habla la lengua materna a su hija (estando rodeadas de gente que habla otro idioma):

– Una vez (¡bueno, ya son muchas las veces!) estábamos ella y yo en el aeropuerto. A nuestro lado, una familia de franceses que volvían de visitar la bonita Menorca (sí, sí, mi isla es preciosa, ¿que no os lo he dicho nunca?). La Princesita iba y venía, miraba los aviones, miraba las maletas y bolsos de esa familia, etc. Y yo ya lo veía venir: se pusieron a hablar de la Princesita. «Oh, maman, has visto la pequeña, parece que quiere jugar con nosotros» (en francés, evidentemente); «jajaja, es graciosa la peque» y bla bla bla. De repente, algo en mi hizo que escupiera una frase en francés «Ven, Princesita, que pronto vamos a subir al avión». Sí, porque yo sentía que esa amable familia acabaría diciendo algo así como «y has visto su madre que fea es la pobre». Cuando me oyeron hablar en francés, abrieron los ojos como platos y me dijeron «ah, es usted francesa» (en francés siempre nos tratamos de usted), y yo «bueno, no, sí, eeehhh francesa por procuración!».

– En la sala de espera de la consulta del médico. Me encanta. No hay mejor lugar para sentir la incomprensión de la gente. La Princesita se mueve, juega, quiere jugar conmigo y hablamos, claro. Hablamos en un catalán salpicado de palabras en francés que salen de la boca de mi hija. Ni una palabra en francés por mi parte. Entonces, empiezas a ver todas esas miradas de reojo. Sí, sabéis, en las salas de espera parece que está prohibido hablar y mirarse (al menos en Francia). Pero esa mirada de reojo se traduce por un «pero qué hace esta señora aquí si no dice ni papa en francés, qué le va a contar al médico» y rápidamente la mirada vuelve de nuevo sobre la revista que semejan estar leyendo, porque en realidad están escuchando. De repente, el médico abre la puerta y es ahí cuando todos se dan cuenta de que sí hablo francés porque bueno, suelo tener la costumbre de decir al médico «bonjour docteur».

– En el supermercado. Estamos comprando, la Princesita encantada de estar ahí sentada en el carro. Y habla, habla e incluso a veces se pone a cantar (os lo juro, una vez ChériGuiri pasó tanta vergüenza que intentó esconderse detrás del carro!). Llegamos a la caja. La Princesita quiere ayudar a la cajera, le digo de estarse tranquilita, en catalán, evidentemente. La cajera sonríe. Pago (¡qué remedio!) y le digo a la Princesita «diguis adéu» -en catalán y grita «Au ‘vooooooir» A veces hago a propósito de encontrar algo que decir a la cajera, lo que sea, para que se dé cuenta de que hablo francés. Y me salen cosas del tipo «ahhh, me encanta venir aquí, siempre tenéis arroz para la paella». No vaya a ser que pensara que soy alemana.

– En el parque cuando hay otros niños. Es el típico momento en el que te sientes sola, muy sola. Porque tu hablas a tu hija y ves que hay otra niña que quiere jugar con ella, o viceversa. Entonces, y todas las madres hacen lo mismo, dices «Oooooh, has visto que niñita más mona» esperando que todo el mundo lo oiga y el acercamiento se produzca. Excepto que bueno, ahí te das cuenta de que nadie en el puñetero parque te entiende y no queda otra que meter en la frase un par de palabras en francés. Aunque bueno… nuestra Princesita es muy sociable y se va con todo el mundo…

Voilà, hablar únicamente la lengua materna a los hijos crea situaciones extrañas y a veces nos preguntamos si es una buena forma de proceder. Y ahora hablo en serio. Porque una no quiere pasar por una pretenciosa (y hay gente que lo puede pensar) ni por una maleducada (y hay gente que lo puede pensar) ni por una irrespetuosa (y hay gente que lo puede pensar) ni por una extraterrestre (y hay gente que lo puede pensar) ni por alguien raro (y hay gente que lo puede pensar)... Pero a fin de cuentas, acabo diciéndome que eso es lo que hay y que no se trata realmente de una elección sino, y simplemente, del amor, del amor de un hombre y una mujer que se han convertido en papá y mamá.