Bilingüismo

Confinamiento, bilingüismo y lengua minoritaria

Cuando empezó esta extraña época que nos ha tocado vivir de confinamiento y pandemia, entre el entorno de las familias bilingües algunas voces se alzaron diciendo que era una suerte para esos niños porque así podrían estar más en contacto con su lengua minoritaria.

Aclaro que hablo siempre de familias que crían a sus hijos en un contexto de bilingüismo precoz simultáneo, niños de parejas mixtas cuya lengua de la escuela es la lengua del país, lengua de uno de los padres y, por ende, lengua mayoritaria.

Así pues, muchas familias empezaron este confinamiento viéndolo como una oportunidad para fomentar y favorecer el desarrollo de la lengua minoritaria.

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La lengua minoritaria en tiempos de coronavirus

Como cada familia es una historia yo os voy a contar la nuestra que es la que mejor conozco.

¿El confinamiento ha sido positivo para la lengua minoritaria?

No y no. Soy sincera y me duele en el alma decirlo pero es así.

Expongo los antecedentes para entender mejor la situación:

En tiempos normales, y desde que nuestra hija nació, Thelma pasa más tiempo conmigo, que soy la transmisora de la lengua minoritaria. Mi marido es un padre muy presente, que hace muchas cosas con ella y en casa pero su ritmo profesional y el mío no son iguales y es ahí donde radica la diferencia.

Normalmente cuando nos levantamos por la mañana, papá ya no está. Todo lo hace conmigo, desayunar, vestirse, prepararse para ir al cole, ir al cole, etc. Por las tardes, el 90 % de las veces soy también yo quien la recoge del cole y los miércoles por la tarde soy yo quien la lleva a sus clases de danza. Así pues, se ve claramente que la niña “posee” más tiempo para hablar conmigo que con su padre.

Además, desde que nació hemos viajado muy a menudo a Menorca, donde pasamos largas temporadas y donde la niña encuentra todos los ingredientes para desarrollar una de sus lenguas minoritarias: juega con otros niños, pasa mucho tiempo con los abuelos, vivimos la vida de allí (no vamos de turistas), va a la escuela de verano, etc.

Entonces, ¿qué ha pasado durante el confinamiento?

Su padre está en casa desde el 16 de marzo, sin trabajar. Yo, al revés, llevo desde principios de este año 2020 con mucho trabajo. Por consiguiente, ha sido su padre quien se ha ocupado más de ella. Sobre todo el primer mes, cuando yo no tenía casi tiempo de levantar la nariz del ordenador, entre traducciones y las clases a distancia a mis estudiantes universitarios. Ella y su padre haciendo las tareas de la escuela, haciendo manualidades, ocupándose del jardín, yendo en bici delante de nuestra casa, preparando carreras de obstáculos y un sinfín de cositas en las que el francés ha sido la única lengua de comunicación.

Otro punto importante: en tiempos normales nunca encendemos la tele, excepto algún viernes o sábado por la noche. Y ahora, la verdad, es que sí la hemos encendido para ver los informativos, por ejemplo.

Además, hemos echado mucho en falta la visita de mis padres que tendrían que haber llegado el 9 de abril para quedarse hasta el 29 de abril. La presencia aquí de 3 adultos hablando en catalán, frente a solo 1 hablando el francés pesa mucho. De hecho, es la primera vez des de 2013 (año de nacimiento de Thelma) que estamos tanto tiempo sin ir a Menorca o que mis padres vengan aquí. Y eso también se nota.

¿Cuál es entonces mi conclusión? Puedo acabar diciendo que no ha sido positivo pero tampoco negativo. Es decir su lengua minoritaria no se ha visto beneficiada en ningún aspecto aunque no hemos observado ningún retroceso.

¿Y a vosotros cómo os ha ido?