Menorca

Las mejores playas de España, en Menorca

Sé que os encanta viajar. Sé que soñáis ya con vuestras próximas vacaciones. Sé que estáis locos por ir a la playa. Por fin ha llegado el momento de calzar sandalias y vestir bañadores, de plantar la sombrilla en la arena caliente, de zambullirse en el agua, de leer vuestras revistas preferidas, de olvidarse de todo y de aprovechar de cada momento.

Las mejores playas de España, en MenorcaLlegó la hora de la pausa estival. ¡Esa pausa tan esperada, tantas veces soñada!

Las mejores playas de España, en MenorcaEl título, ahí, un poco más arriba, no lo he inventado yo. Ha sido Geo, la revista que redescubre el mundo, quien lo encontró. Cuando vi pasar la noticia, supe que tenía que compartirla con vosotros, que tanto amáis evadiros.

Las mejores playas de España, en MenorcaGeo España acaba de publicar un especial dedicado a las playas españolas. Ha realizado una clasificación de las 100 mejores. Una especie de homenaje a los casi 8 000 Kilómetros de playas registradas en España. Las diez primeras playas del ranking fueron elegidas por los lectores del sitio web de la revista. Las otras playas fueron seleccionadas por la redacción de Geo, teniendo en cuenta varios factores: estética, medioambiente, servicios…

Las mejores playas de España, en MenorcaPor orden, esas son las diez primeras playas:

Cala Mitjana (Menorca), playa de Rodas (Pontevedra), playa de Ses Illets (Formentera), Cala Macarella (Menorca), playa de Caños de Meca (Cádiz), Cala Saona (Formentera), playa de La Concha (Guipúzcoa), playa de Santa Marina (Asturias), Cala Jugadora (Creus) y playa de los Escullos (Almería).

Las mejores playas de España, en MenorcaComo veis, Menorca está doblemente representada en esos diez primeros puestos.

El primer lugar lo ocupa Cala Mitjana (cerquita de mi casa, adonde iba con la escuela, las primeras veces de playa con los amigos, muchos recuerdos, mucha belleza!). Cala Mitjana tiene una hermanita, Cala Mitjaneta, algo así como una mini-piscina natural. En el cuarto puesto encontramos Cala Macarella (donde pasé todos mis veranos de niña, adonde bajaba a pie, casi que todavía no sabia andar, un poco privilegiados, con un acceso semi-privado a esa perla llamada Macarella!). Al igual que Cala Mitjana, Cala Macarella también tiene una hermana menor, una calita de aguas más turquesas imposible!

Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí os las dejo…

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Freelance

Trabajar en casa y cuidar de los hijos

Soy mujer, recién mamá, free lance y trabajo en casa. Pero no, no me ocupo yo de mi hija.

Cuando me lancé en esa aventura de ser free lance y de trabajar en casa, hubo gente que pensó que lo había hecho porque quería quedarme todo el día con mi hija. Hice eso porque me apetecía, porque tenía ganas de probar esta fórmula, porque era mi sueño profesional. Pero tenía muy claro que no podría ocuparme yo misma de mi hija puesto que de haber sido así, no habría trabajado mucho. Un bebé necesita de muchas atenciones. Trabajar necesita de mucha concentración. Para mi son, pues, dos cosas incompatibles.

Trabajar en casa y cuidar de los hijos

Puesto que tuvimos que buscar cómo y quien se ocuparía de nuestra niña meses antes de que naciera y que, a veces, es difícil saber que será de nuestras vidas dentro de cinco o seis meses, ChériGuiri y yo decidimos coger a una «asistente maternal»* que sólo aceptaba horarios de profesores, es decir, no cogería a la niña durante las vacaciones escolares**. Fue una elección muy pensada. Es lo que queríamos. Así pues, la «nounou» se ocupa de la niña 40 horas por semana y eso nos permite perfectamente conciliar vida laboral y vida familiar. Por el momento estamos encantados de nuestra elección. La dejo a las 8h y a las 8h15 ya estoy trabajando. La recojo a las 17 h tres veces por semana, a las 15 h los miércoles (es la única de los tres niños de los que se ocupa la «nounou» que va los miércoles – aquí en Francia la tradición manda que los miércoles los niños no tienen cole, aunque una reciente ley ha cambiado las cosas) y a las 14 h los viernes. Los miércoles por la tarde princesita y yo tenemos cita webcam con los abuelos de Menorca. Los rituales se van instalando.

Tener un hijo significa hacer todo lo posible para ocuparse de él. Sin embargo, creo que tampoco es bueno olvidarse completamente de uno mismo ni tener que renunciar a los sueños profesionales. Lo más importante es encontrar un equilibrio. Nosotros lo estamos consiguiendo. Ya hablé, en su momento, que cuando tienes a la familia lejos tienes que pensar muy bien en cómo organizar todo puesto que en caso de imprevistos o de problemas de última hora, la familia no puede estar ahí en dos minutos, por ejemplo que hacer si «estoy-en-un-atasco-qué-hago-de-mi-bebé» o si «nounou-llama-porque-bebé-enfermo».

Durante las primeras vacaciones escolares me pude ocupar muy bien de ella, con 4 meses, con 6 meses, pude trabajar tranquilamente mientras ella hacía su siesta o estaba a mi lado en su hamaquita. Después, cuando ya empezó a gatear y a ponerse de pie, conseguí trabajar «un poco» y sobre todo trabajaba cuando ChériGuiri volvía a casa. Pero eso es lo bueno, soy reina y dueña de mi tiempo, lo gestiono como yo quiero!

¿Y ahora qué? La escuela terminó el viernes pasado, 4 de julio. ¿Qué hago con la princesita? Camina desde hace ya un mes, hay que vigilarla todo el tiempo, es muy activa, le encanta «hablar»! Difícil pues de ocuparme de ella y trabajar al mismo tiempo…. Tenemos una mamie que vive a algo más de 1 hora de coche, difícil para los imprevistos pero factible para ocasiones organizadas de antemano, o sea que vendrá unos cuantos días durante la próxima quincena. El resto del tiempo, una vecina de 18 años jugará y se ocupará de ella y yo también me cogeré algunas horas.

Estamos encantados con esta organización. Haber cogido una asistente maternal me permite tener tiempo para trabajar tranquilamente y sin correr y, a la vez, estoy muy disponible para mi hija. Las tardes-noches tenemos tiempo de jugar con ella, le damos el baño sin prisas tipo es-tarde-estamos-cansados-mi-jefe-es-un-imb***, come todos los días con su fiambrerita preparada con amor por su mamá. Y que durante las vacaciones escolares esté en casa no nos supone ningún problema, siempre encontramos una solución.

¡Ser free lance y trabajar en casa para conciliar mejor vida laboral y vida familiar!

*La asistente maternal. Su aptitud y ejercicio profesional deben ser reconocidos y autorizados por los servicios de protección maternal e infantil (PMI) del departamento (provincia).

**En Francia cada dos meses y medio hay vacaciones. El curso se termina la primera semana de julio para los más peques y empiezan los primeros días de septiembre.

Vivir en el extranjero

Integrarse socialmente: en Francia o en otro sitio

Son muchos los ejemplos de gente que llega de otro país y que se integra sin problema en Francia. A veces, los medios de comunicación nos quieren dar la imagen contraria. Cuando eres extranjero, siempre estás más atento a todo y eres más sensible a lo que se dice acerca de ese tema: que si los negros eso, que los árabes aquello, que los polacos no sé qué, los italianos hacen plasplas, los americanos hacen plosplos y un largo etc. que, si quisiéramos, no acabaría nunca. Rápidamente hacemos amalgamas y confusiones. Pero como no soy matemática, no entiendo de cifras ; como no soy socióloga, no he realizado ninguna encuesta; como no trabajo en el INSEE (Instituto de Estadísticas y de Estudios Económicos), no estoy en posesión de ninguna estadística. Y da igual, porque esos no son mis objetivos.

Aunque me gustaría recordar algo muy evidente,tan evidente que tendemos a olvidarlo: imb*** los hay en todas partes, simpáticos también, cabr**** también. Aquí, en Berlín, en Praga, en Tombuctú, en mi pueblo o en Tierra de Fuego. En todas partes significa en todas partes.

Sentirse «uno más» para integrarse

Pero voy a diferenciar dos aspectos: una persona puede sentirse muy bien en tal ciudad de tal país, allá donde vive, sin que sienta la necesidad de relacionarse con muchos autóctonos. Por el contrario, hay gente que necesita sentirse «uno más», un «casi-autóctono». Cuando hablamos de idiomas solemos decir que cuando se llega a soñar en la lengua extranjera es porque ya la controlas bien. Me atrevo a decir, entonces, que cuando un extranjero forma parte de asociaciones locales y participa activamente de la vida de la ciudad o del pueblo es buena señal. Significa que empieza a sentirse «uno más». Cierto, eso reclama algún que otro esfuerzo pero eso también representa, según mi humilde parecer, una magnífica prueba de amor hacia el país que nos acoge y muestra, también, un espíritu de apertura por parte de aquellos que nos acogen y nos reciben. ¡Un esfuerzo de ambas partes y eso está muy bien!

Durante algunos años formé parte de un grupo de danzas bretonas. Me puse el traje regional y, de alguna forma, me sentía orgullosa de llevarlo. Descubrí muchas cosas, aprendí bailes distintos a los de Menorca. ¡Subí al escenario con ellos, junto a ellos, era una más!

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