Menorca

Fiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca: ese amor por los caballos

Fiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca

Cuidar de ellos todo el año con fervor y un amor sin igual. Con su vestido negro azahar, nobles, espléndidos, robustos y ágiles a la vez, con algo de sangre caliente, enérgicos… ¡simplemente bellos!

Fiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca

22 DE JUNIO. VÍSPERA DEL 23. SOLSTICIO DE VERANO, FIESTAS DE SAN JUAN.

San Juan en Ciutadella, esa magnífica ciudad de Menorca con ciertos aires de nobleza. Con sus callejuelas y sus palacetes. Su puerto pequeñito y bonito como una perla en el Mediterráneo. Vagabundear por sus estrechas calles un 23 al alba, temprano, muy temprano, antes de que esa tranquila ciudad de 25 000 habitantes se transforme y abra las puertas para acoger a otros tantos millares. Antes de que San Juan, sus caballos y sus jinetes tomen y transformen la vida de Ciutadella. 48 horas sin parar, horas robadas a otros tiempos, una ciudad con aires medievales. Mucho amor y muchos sentimientos que juegan a entremezclarse.

Fiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca

Olor a caballos, a sudor y a avellanas que vuelan por los aires, símbolo de los coqueteos de antaño y decir a esta chica que la amamos, a este chico que bien le daríamos un beso. La seriedad de una fiesta con tradiciones ancestrales y la alegría de todo un pueblo que se divierte, regado con algo de gin amb llimonada (bebida típica a base de ginebra, producida en Menorca y limonada). Pequeños y mayores, durante unas horas, los problemas dejan de existir. El tiempo se para, nos dejamos transportar.

Y admiramos el paso de esos caballos sublimes. Pura raza menorquina. Con sus piruetas. Y sus olés, més l’amo més (¡otra vez, jinete, otra vez!). Esos caballos montados por los diferentes estamentos de una sociedad medieval: nobles, clero, artesanos y campesinos. Al son del tambor y del fabiol (especie de flautín), pom pom tirurí y los pelos que se ponen de punta y el corazón que palpita, las lágrimas se invitan.

Fiesta de un pueblo, fiesta de los caballos, amor, orgullo y ternura… Ciutadella, ¡cada año se transforma!

Bon Sant Joan!

Fiestas de San Juan en Ciutadella, MenorcaFiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca

Fiestas de San Juan en Ciutadella, MenorcaFiestas de San Juan en Ciutadella, MenorcaFiestas de San Juan en Ciutadella, Menorca

Para tener más información sobre las fiestas de San Juan y los caballos de pura raza menorquina

LA FIESTA
- Web de las fiestas de San Juan en CiutadellaPortal oficial de turismo Visitbalears.com
- Sitio oficial de la Fundació Destí Menorca
LOS CABALLOS
- Web oficial de la Asociación de criadores y propietarios de caballos de pura raza menorquina
EL PUEBLO DE CIUTADELLA
- Web oficial de turismo de Menorca

Mejor si se toman algunas precauciones…

San Juan en Ciutadella se ha convertido, con el paso del tiempo, en una fiesta un tanto masificada. Ya sea por desconocimiento o por demasiada gente, a veces se producen algunos incidentes. Con tal de evitar cualquier tipo de peligro, se recomienda ser vigilante, abrir bien los cuatro ojos, saber donde se ponen los pies... Os dejo pues una web oficial que difunde esas recomendaciones : Consejos para unas fiestas de San Juan sin incidentesRecomendaciones fiestas San Juan Ciutadella

 

P.D.
Desgraciadamente, por mi condición de vida en el extranjero, hace ya muchos años que no puedo asistir a las fiestas de San Juan. Por ese motivo, todas las imágenes proceden de la página oficial de las fiestas de San Juan.
Dar las gracias a LLAC, periodista y consultor responsable del plan de comunicación de las fiestas de San Juan de Ciutadella porque sin él no habría tenido acceso a la versión castellana de este visual con las tan importantes recomendaciones.

Lifestyle

Bailemos el verano

Bailemos el verano

El verano se deja mostrar, sonreímos y empezamos a quitarnos ropa. Cuidamos de nuestros bonitos pies, calzamos de nuevo las sandalias, dejando a mano las bailarinas para el fresco de las mañanas. Los del sur ya mueren de calor. Los demás seguimos soñando. Soñamos en las vacaciones, en ese lugar anhelado donde pasaremos unos días. Seguimos trabajando pero con la cabeza puesta ya en ese granito de arena que se ha pegado en el huequecito del codo o detrás de nuestra oreja. Con el beso enamorado de nuestro amor o de esa mamá que cura la pupita de esos piececitos que se mueren de calor sobre la arena recaliente.

Mediados de junio, en unos días el solsticio de verano. Fuegos artificiales y barbacoas, baños en el mar y carcajadas. Ganas de gandulear y de marchar lejos. O simplemente de saborear esos pequeños placeres cotidianos y tomar el tiempo de degustar el tiempo. Reírse a su lado. Oler la crema de protección solar. Desconectar, olvidarse del smartphone, coger los trastos e irse a la playa. Escribir algunas postales bien bonitas y leer nuestras revistas preferidas, en la hamaca, en la arena, en el jardín, en la terraza. Oler el calor que se pega a la piel y sudar. Tomar una de esas duchas que tanto apetecen. Embalsamar el cuerpo y ponerse un poco de pintalabios rojo y decir un te quiero.

Bailemos el verano

Verano. Paréntesis singular particular. Apretar en pausa y hacer clic y tomar unos clichés. Recuerdos para siempre jamás grabados en nuestras retinas. Y en los corazones. Subir al avión, tomar la carretera o el tren, soltar rienda suelta y cantar, sonreír, reír, abrazarse, dormir, brindar y bailar.

Bailar el verano. Esto es lo que es. Les mots de Marguerite en modo estival.

Vivir en el extranjero

Aprender a ser mamá en Francia

¡Convertirse en mamá es una muy bonita historia!

Es una historia que podríamos escribir con palabras dulces, pequeñitas y cuquitas, con balbuceos que dejaríamos a modo de huella en un papel de algodón, sedoso y perfumado con un agradable olor a piel de bebé. Convertirse en mamá es enamorarse todos los días de una cosita que ha llegado al mundo para aumentar la familia, es también enamorarse de un papá que descubrimos.Ser mamá en Francia

… todo eso se podría enmarcar como una poesía pero después, de vez en cuando, la realidad de la vida misma nos atrapa, como ese despertador que suena cada mañana, como ese trabajo al que tenemos que acudir, como esa cosita bonita y pequeñita que a veces se pone enferma o como cuando tenemos que encontrar a alguien que cuide de ella. Porque la vida misma, la de todos los días también se pinta con los colores del poeta de la vida diaria. Y eso es algo que nos gusta.

La princesita llegó al mundo para salpimentar mi vida de mujer en el extranjero. Vino para pintar de colores alegres mi poesía made in Francia, me abrió las puertas de un librito de canciones infantiles a la francesa, vino e hizo «toc toc» maman-mamà estoy aquí y tendrás que aprender y recorrer los caminos de las mamás en Francia.

Ser mamá en Francia

Porque ser mamá en Francia no es lo mismo que ser mamá en China, en Berlín, en New York o en España.

Porque ella y yo formamos una pareja de ases y a veces nos reímos y a veces lloramos. Porque nunca he sido mamá en España pero crecí en ese país. Porque conozco Francia pero desde una visión de no-mamá. Y ahora, desde hace dos años, ella y yo descubrimos juntas esa poesía que da ritmo a la vida diaria de las madres en Francia. Ella aprende. Yo aprendo.

Aprendemos:

– Las «nounous» en Francia y los RAM y los multi-accueil que no es lo mismo, pero casi, que una halte-garderie y una guardería y yo qué sé más…
– Las libretas de salud infantil a la francesa porque cuando yo era pequeña, eso no existía en España. Ahora creo que sí. Así pues, aprendo e intento entender.
– La pirámide de los alimentos que se recomienda en Francia, porque hay que empezar por las verduras y no por la fruta o es al revés? Porque la pediatra puso cara rara cuando le dije que ya había dado garbanzos cocidos a la niña cuando tenía 16 o 18 meses. Y qué, en México no comerán igual, ¿no?
– Que un día me dijeran, cuando era muy bebé, que la vestía muy a la española, así con cositas más bien clasiquitas y tradicionales. Sí, cierto, yo también me he dado cuenta de que la ropita de recién nacido en España es mucho más clásica que aquí. ¿Y qué? Me encanta (por cierto, mirad sino Charlotte de Cambridge, que dicen que también vestía moda española en sus primeras apariciones públicas!)
– Que sorprendiera a más de uno el hecho de que pusiéramos pendientes a la princesita cuando era casi recién nacida.
– Que la seguridad social me cambiara automáticamente mi apellido desde el momento en que constataron que había sido madre. ¿Perdón? Yo nunca he cambiado de apellido y además, mi hija, lleva los dos.
– Que eso de las «nounous» al final, está super bien!
– El linimento óleo calcáreo que es genial para lavar el culito de los bebés. ¿Por qué no se usa en otros países?
– Los miércoles que son un poco el «día de los niños-día de las madres» porque no hay cole (no había porque cierta reforma escolar está cambiando las costumbres) y que el año pasado la princesita estaba sola en casa de la «nounou». En Francia los niños están acostumbrados a ir al cole 4 días y hay cierta polémica al respecto.
– Ese ritmo suave, justamente, ese ritmo de tener «vacaciones escolares» cada seis semanas aproximadamente.
– (…)

Una poesía diaria de las mamás en Francia y a la francesa que valsa al ritmo de las cosas más bellas! Porque al fin y al cabo, cogemos lo bueno y dejamos de lado los (re)versos sin rima y las disonancias que resuenan demasiado! ¡Porque somos un poco mamá de aquí y de allí con una hijita un poco de aquí y de allí!