Mis traducciones

Traducción del libro “Paseo Azul”, de Bernard Vinceneux (fotos de Menorca) y Philippe Gicquel (textos)

Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux

Siempre he pensado que en invierno soy como una hormiguita que trabaja duro en la sombra, en el calor del hogar viendo pasar por el ventanal los pocos rayos de sol que se invitan. Trabajo, muchas veces, en proyectos que huelen a verano, a pies descalzos y a mares salados. Y en cuanto llegan los primeros soles de la primavera, todos estos proyectos se van quitando las ropas hibernales, los pijamas de andar por casa y se visten de gala.

Asimismo, yo también voy despertando de una especie de letargo que me sienta fenomenal porque, dicho sea de paso, a mí el frío y el cielo gris me gustan más bien poco.

Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux

Exposición de fotografías de Menorca de Bernard Vinceneux en el CIC Iberbanco de Nantes

Y por eso os cuento que hace tan solo unos días tuvo lugar la clausura de una bonita exposición de fotografías del francés Bernard Vinceneux en el CIC Iberbanco de Nantes. Os podría contar que pasamos una excelente velada, muy bien acogidos en las oficinas de este banco ibérico abierto sobre dos mundos, con una música latina en vivo que me puso la piel de gallina y con unos exquisitos manjares tanto españoles como portugueses, qué buena está la tortilla de patatas cuando se vive fuera y qué delicia de brandada portuguesa. Podría entrar en los detalles de esta magnífica organización y de la acogida del director del banco, Daniel Guantes. Podría.

Le photographe Bernard Vinceneux

El fotógrafo Bernard Vinceneux

Bernard Vinceneux et Philippe Gicquel, Balade en bleu Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux
Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux

El libro Paseo azul, sus fotos, sus textos y la traducción

Pero os contaré más bien que el pasado jueves 25 de abril el fotógrafo francés Bernard Vinceneux, del que ya os he hablado en otras ocasiones, aprovechó la clausura de su exposición de fotos realizadas todas en Menorca para presentar su bonito-libro (libro de arte) titulado Balade en bleu. Un magnífico libro con textos del escritor de Nantes Philippe Gicquel y que he tenido el honor de traducir, durante esos meses fríos del año, como os decía. Fue todo un placer que Bernard Vinceneux quisiera contar conmigo para plasmar a la vez los ricos textos de Gicquel y la poesía de sus fotografías.

Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux Livre Balade en bleu de Bernard Viceneux
Margarida Llabrés, Bernard Vinceneux et Philippe Gicquel Margarida Llabrés, traductrice et Philippe Gicquel, auteur

No se trata de un libro de poesías, a mí me gusta llamarlo textos poéticos porque tienen una musicalidad y un ritmo que penetran en lo más profundo del alma. Un libro que reúne mis grandes amores:

– la belleza de las palabras
y
– Menorca, mi isla

Además, ha sido este un verdadero trabajo de equipo. Nos reunimos el autor-fotógrafo, el autor-escritor y la autora-traductora para desmenuzar una a una las palabras y las expresiones utilizadas, apoyándonos, siempre, en las imágenes que Vinceneux había tomado el verano pasado durante su ya habitual estancia en Menorca.

B. Vinceneux es un loco enamorado de Menorca y junto a su familia se instala varias veces al año en el pueblo des Castell donde, además, suele frecuentar el fotoclub local. Le encanta el mar, afición que le viene de pequeño, y en Menorca ha encontrado el lugar perfecto para disparar, cámara hermética en mano, y capturar preciosas instantáneas a ras del mar. Imágenes sorprendentes, imágenes de una Menorca vista con tuba y máscara.

Gracias a Bernard Vinceneux, Odile Létourmy y Karen Lavot-Bouscarle (diseñadora gráfica y web y fotógrafa – www.renke.fr por las fotos que ilustran este artículo)
Traducción

La condición del traductor

La condición del traductor

A veces, la condición del traductor puede parecer extraña, con sus altibajos, sus carreras de palabras, sus complicadas cuentas, sus clientes provenientes de una gama tan amplia como esas antiguas películas de fotos interminables. Hacer malabares es una expresión que nos define bien, creo. Malabares con las palabras y con lo accesorio. Es exactamente eso.

En los últimos meses, salto de una condición a otra, siempre con la esperanza de encontrar el resultado más favorable, la palabra correcta, el cliente que más conviene. Y brinco y todo está en ebullición, en la cabeza, en los archivos, en los correos electrónicos y hasta en los proyectos que vagan en la imaginación.

Este año, a diferencia de lo que hice en años anteriores, no vine a dejar algunas palabras con motivo del aniversario de mi empresa ArtiLingua, traducción, redacción, comunicación. El cumpleaños es el mes de enero. Pero no vine porque estaba muy ocupada con esta extraña condición que se adhiere a la piel de los traductores, y quizás también a algunas profesiones digitales.

La extraña condición de

No saber de qué estará hecho el día siguiente, la semana siguiente o el mes que viene
Contar palabras hasta el infinito, hasta aburrirse casi
Sentir que estamos al final de la cadena de producción
Recibir encargos que, misterios de la vida, muchas veces son urgentes
Tener que luchar, a veces, con archivos que son la fobia de muchos traductores, en particular, PowerPoint, Excel y archivos PDF escaneados
No tener tiempo para si mismo durante tres semanas seguidas
Tener demasiado tiempo para si mismo
Admirar la cuenta corriente profesional que está a rebosar… y preocuparse por esa misma cuenta seis meses más tarde
Tener que renovarse constantemente o casi… y tener constantemente que cuestionarse
Ese nudo en la boca del vientre cada vez que enviamos presupuestos interesantes, porque sabemos que hay docenas de otros solicitantes
La confidencialidad que nos une a ciertos proyectos y el silencio que nos obliga a guardar, símbolo de una felicidad reprimida
Escribir mucho, siempre, porque traducir es escribir, y no ver su nombre publicado
Ser autor a pesar de todo
Ser un autor transparente. A fin de cuentas parece ser que una buena traducción es aquella en la que no se intuye ninguna huella del traductor
Trabajar codo a codo con desarrolladores, programadores y mucha-gente-más cuando escribimos y traducimos para Internet

Y podría seguir con una lista larga como el brazo.

Hay solo dos cosas que pueden borrar los contratiempos de nuestra bonita condición: ¡la pasión y la devoción!

Hay solo una cosa que cuenta: ¡el amor!

Amor a las lenguas
Amor a nuestro oficio
Bilingüismo

Orígenes del principio bilingüe «Una persona, Una lengua»

 

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En el campo del bilingüismo precoz, la mayoría de la gente habla sin saberlo de los escritos e ideas de Ronjat, el “inventor” del método «Una persona, Una lengua». Aunque y ¿ si al final, no fue él el inventor?

Hoy voy a intentar explicaros un poco mejor cómo, cuándo y dónde surgió el método OPOL (por sus siglas inglesas.)

Jules Ronjat (1864-1925) era un lingüista francófono, doctor en literatura, especialista en la lengua de Oc (occitano) y vivía en Viena, en el Ródano, con una esposa de habla alemana.

Ronjat era pues un hombre de letras y papá de un pequeño Louis bilingüe francés-alemán. Ronjat se preguntó un día:

¿Cómo se comportaría un niño cuando se enfrentara a dos idiomas distintos que se le hablarían de forma indistinta?

Observando al niño bilingüe

En primer lugar, tengamos en cuenta que los científicos de aquella época no tenían acceso al cerebro como hoy en día. Aunque el área de Broca (de Paul Broca) se remonta a 1859 hay elementos que nos parecen ahora obvios que no lo eran entonces.

Por lo tanto, los lingüistas se adaptaron y realizaron experimentos con sus propios hijos. Ronjat se beneficia desde el principio de los consejos del también lingüista y amigo Maurice Grammont, quien insiste en el hecho de que no hay nada que enseñar a los niños y que basta en que cuando tengamos algo que decirles lo hagamos en una de las lenguas que queremos que sepa.

Y ahí está la respuesta a mi primera pregunta, Grammont es quien ha pasado a la historia como el “fundador” del principio UPUL porque fue él quien lo emitió en su libro Observations sur le langage des enfants (1902) y Ronjat lo formuló con su hijo en 1913 aproximadamente. Por ello es más pertinente hablar del principio de Grammont-Ronjat.

La regla quedó así definida atendiendo a la práctica de Ronjat:

Que cada idioma sea representado por una persona diferente. Que nunca se inviertan los roles.

Y esto empieza desde el nacimiento del niño. Esta “receta” cobra hoy en día aún más importancia cuando tenemos conocimiento de experimentos (por ejemplo los de Patricia Kuhl, entre muchos otros) que se han llevado a cabo con recién nacidos y que demuestran que los bebés sí saben discriminar lenguas.

Ronjat aplica el principio de la UPUL a toda la familia y amigos. Les pide a todos que se limiten a hablar francés o alemán con su hijo Louis.

Los dos primeros años, Louis los pasó en contacto con el francés del padre y el alemán del personal doméstico. La familia política habla alemán estándar con algunas particularidades del sur. Ronjat da muchos detalles sobre las características de las pronunciaciones de cada hablante, ya sean de habla francesa o alemana.

Sin embargo, el niño habla como mamá. La hipótesis del autor es que el niño ha pasado más tiempo con su madre (cf. regla del 30 % de exposición) que con el personal doméstico, cuyo acento es más de la región de Baden, pero sobre todo que el niño prefiere la versión materna por razones de sentimientos.

Ronjat es, por tanto, el único francófono que personifica la lengua minoritaria y se enfrenta a un niño que a menudo introduce palabras alemanas en sus frases francesas.

Sus tácticas correctivas son indirectas :

⇒ Sí, quieres decir (la palabra en francés).

Necesidad de un mayor contacto con la lengua minoritaria

A los 20 meses, Louis se dio cuenta de que era menos capaz de expresarse en francés que en alemán. El niño pasa 3 semanas de vacaciones con francófonos pero resulta tener poca influencia en su producción francófona.

4 meses después, la estancia es de 5 semanas y es ahora suficiente para equilibrar los dos idiomas. Una estancia de un mes en París coloca el francés en posición dominante y luego con la visita de dos meses de la abuela de habla alemana hace que se restaure el nivel de alemán.

Louis se hizo amigo de otros niños bilingües franco-alemanes cuyos padres hablaban alemán entre ellos y con sus hijos. La comunicación de los niños comienza en francés y luego se vuelve bilingüe, luego en alemán a lo largo de los meses. Los pequeños se van adaptando en función de si los otros niños hablan alemán o no.

Algo interesante también es pensar que estos niños bilingües utilizan el alemán para distinguirse cuando se encuentran en el espacio público francófono, como si el alemán fuera su lengua, únicamente la de ellos.

 Vemos entonces que las estrategias utilizadas a principios de siglo XX no distan tanto de lo que usamos hoy en día muchas de las familias bilingües y que la naturalidad y las tácticas correctivas indirectas son dos de los aspectos más importantes para un bilingüismo precoz. Asimismo observamos la importancia de la afectividad en la transmisión de las lenguas maternas al mismo tiempo que el carácter útil de las mismas.